Los hechos se iniciaban en todos los casos a raíz de denuncias interpuestas por ciudadanos en las oficinas de denuncias de la Policía Nacional, donde manifestaban haber sido víctimas de robos, principalmente cometidos con violencia, en los cuales les habían sustraído o bien teléfonos móviles de alta gama o bien tarjetas bancarias, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado.
Asimismo, iniciadas las investigaciones, los agentes policiales se percataron de que existían una serie de indicios o pruebas que no concordaban con lo denunciado.
Desde la Policía Nacional han explicado que algunas de las presuntas víctimas denunciaban los robos, en vez de la pérdida del terminal, para que las compañías aseguradoras les cubriesen y así poder beneficiarse de nuevos teléfonos móviles.
Además, dos de los detenidos denunciaron falsamente ser víctimas de robo de sus tarjetas bancarias con el fin de justificar el uso de las mismas en casa de citas.
En todos los casos, y una vez que se procedía a citar a los denunciantes para informarles de los datos recabados, los mismos reconocían que los hechos denunciados no habían ocurrido, llegando a manifestar que habían sido mal aconsejados por terceras personas para que denunciaran falsamente, pudiendo tener éstos, a su vez, alguna responsabilidad penal.