Muy alejados de la apreciación de la ciudadanía de Gran Bretaña, Bélgica o Suecia y en posiciones claramente diametrales a la gran aceptación que tiene el emperador japonés Akihito en su país, la monarquía que restauró el dictador Francisco Franco el 22 de julio de 1969, designando al hijo del Conde de Barcelona como su sucesor en la Jefatura del Estado y con título de Rey que nos endosaron como parte del fardo de la Constitución de 1978, heredada por el poder seminal otorgado y en un acelerado proceso de abdicación intentando evitar un debate sobre la Corona, un Borbón más “preparado” vive sus peores momentos de popularidad.
Mientras tanto el Gobierno hace piruetas para obviar que el CIS no pregunte en sus encuestas por la monarquía o la república desde hace más de tres años, cuando obtuvo un suspenso de 4,34 puntos, justificándose con el argumento de que el Centro de Investigaciones Sociológicas hace una pregunta abierta sobre los principales problemas de España y la mayoría de los encuestados no mencionan a la Corona, similar estrategia a la que emplean en la televisión pública cuando una noticia no es del interés político del ejecutivo y, casualmente, se queda en el fondo de la parrilla de los noticiarios por “falta de tiempo”.
Hoy, a toda esta desafección por la Corona, tendríamos que sumar el coste del proceso judicial del cuñado Urdangarín o la gran oportunidad desaprovechada que le otorga como mediador la Constitución Española de 1978 en el conflicto catalán y que el 3 de Octubre de 2017 se convirtió en el penúltimo paso en falso de una monarquía que se puso claramente de parte y que, para rematar la faena, afeó su imagen de familia idílica con el rifirrafe entre la emérita Sofía y la mediática e impoluta reina consorte Letizia Ortiz a las puertas de la catedral de Palma, affair que tanto juego ha dado al periodismo del corazón. Felipe, con su discurso, se divorció de “las Españas” y “Letizia” con su manotazo, de las revistas del corazón…
El asunto no es pasajero ni trivial, pues la encuesta refleja que de estos dos de cada cinco ciudadanos, el 63% de los españoles entre 25 y 34 años son favorables a la votación, seguidos por el grupo de edad de 15 a 24 años, con un 58%, por lo tanto son las nuevas generaciones las que lideran este estado de opinión que por pura lógica evolutiva será, con el paso del tiempo, cada vez mayor.
Con respecto a si esa decisión tiene un tinte más generacional o político, la encuesta dice que el 91% de los votantes de IU, el 86% de Podemos y el 57% del PSOE se muestran a favor al referéndum, mientras que en la derecha el 33% de votantes de Ciudadanos y el 25% del Partido Popular es favorable al referéndum.
Por lo tanto, el apego a la monarquía en España suma a todos sus errores de la actualidad un claro desapego generacional. Quizás sea uno de los aspectos a reconsiderar en un futuro proceso constituyente ante esta veterana constitución de 1978 y que, como dice Santi Vila en su libro “De Héroes y Traidores”, “ha pasado de ser una fuente y garantía de derechos a una especie de tabla de Moisés progresivamente sacralizada hasta la petrificación donde, además sus máximos veladores en la actualidad, son, curiosamente algunos de los que más la combatieron en los tiempos de su redacción, lo que no deja de ser la evidencia más incuestionable de su manifiesto secuestro por parte de los sectores más conservadores de España.”
*Fuente del Estudio: https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2018-05/royal_wedding_charts-may-2018.pdf
