El GOB explica en un comunicado que el alcalde, Antoni Noguera, había rechazado en 2015 la edificación de las viviendas porque "habiendo 16.000 pisos vacíos en Palma, la solución para facilitar el acceso a la vivienda no pasa por edificar más". Desde la entidad ecologista se denuncia así que ahora se haya dado el visto bueno el proyecto y se hayan "dado por zanjadas las deficiencias" de este.
Así, las perspectivas de la nueva construcción de Son Bordoi se va consolidando, ahora sólo a la espera que el Govern apruebe definitivamente el proyecto de urbanización, puesto que se trata del caso singular de las "reservas estratégicas de suelo".
Así, se materializará el destrozo de la última área rural del Molinar, en una zona con una fuerte presión (accesos autopista, ampliación puerto, proceso de gentrificació, etc) donde se proyecta una promoción mixta de 750 viviendas.
"La urbanización de Son Bordoi será sólo el principio de la destrucción total del área rural del Molinar. Implica una nueva amenaza/impacto sobre esta área de Palma y un condena definitiva del área rural", denuncian.
Una política "decepcionante" que una vez más, "apuesta por el consumo de más
territorio y la densificación de un área de Palma con mucho valor ahora mismo, que remarca la incoherencia entre el discurso y la acción política real".