Cada vez más personas mayores viven de manera autónoma, lo cual es un avance, pero a la vez cuentan cada vez con menos lazos afectivos a su alrededor, una combinación que se convierte en factor de riesgo de sufrir soledad no deseada, advierte la Fundación Amigos de los Mayores, ONG dedicada a paliar la soledad de las personas mayores. Así, el 59% de las personas de 65 o más años que residen en hogares unipersonales reconoce sentirse solo.
Entre otros efectos, la soledad no deseada puede generar deterioro cognitivo, depresión, pérdida de movilidad, enfermedades cardiovasculares y mortalidad temprana, según recientes investigaciones.
La soledad, considerada ya por los expertos como la “epidemia del siglo XXI”, ha llevado a países de nuestro entorno a adoptar planes estatales frente a este fenómeno, desde Holanda a Reino Unido, que incluso ha creado una secretaría de Estado específica.
El aumento de la soledad se suma a una proyección demográfica que indica que en 40 años 1 de cada 3 españoles será mayor de 65 años. Este escenario obliga a abordar el fenómeno de la soledad en las personas mayores de una manera global en nuestro país, con políticas coordinadas entre instituciones y organizaciones especializadas en el bienestar de las personas mayores que impliquen a toda la sociedad.
En ese sentido, Amigos de los Mayores seguirá implicando en sus programas de acompañamiento, socialización y sensibilización a todos los agentes de la sociedad (administraciones públicas, entidades privadas y ciudadanía), una colaboración que está contribuyendo a:
Tal como comprueba cada día Amigos de los Mayores, la mejor manera de paliar la soledad es generar vínculos afectivos basados en la compañía presencial, de ‘carne y hueso’, y la amistad duradera y verdadera, sin contraprestaciones.