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Pablo Iglesias embarazado y de buen ver

A nadie se le ocurriría meterse en la vida privada del líder de Podemos si él mismo no la usara para promocionarse, como cuando nos contó en La Sexta Noche la intimidad de como resolvieron, entre Irene y él, el irrelevante asunto, salvo para ellos dos, de los nombres y apellidos que pondrán a los mellizos que esperan.

Que respondiera no dejó de sorprender, pues poco después le pidieron opinión sobre la impertinencia de Letizia contra Sofia en la Catedral de Palma y declaró que no tenía nada que decir sobre asuntos familiares, tal como hizo Sánchez cuando, preguntado por lo mismo, dijo que “en todas las familias cuecen habas”. Aunque estas se las paguemos entre todos.

El caso es que Iñaki, el presentador, lo que en realidad le preguntaba al de Podemos era sobre la Monarquía, y Pablo se limitó a decir que le parecía una institución arcaica, pero como si estuviera hablando de las Cuevas de Altamira, de las que nadie “derogaría” sus pinturas, tan estupendamente arcaicas. Estuvo políticamente cobarde, por calculador, pues al contestar a esa pregunta dio todos los rodeos necesarios para no pronunciar la palabra “república”, ese tabú al que solo los catalanes independentistas han conseguido derrotar. Quizás porque son de los pocos españoles que nacen sin ese trauma y, por tanto, también los únicos capaces de destilar políticos valientes y no violentos, tal como demuestra el número de los que siguen entre rejas.

Me temo qué si nadie del resto de España se atreve a pedirle a Catalunya que no se apropie en exclusiva de esa forma no “arcaica” de gobierno, y actúe en consecuencia, antes o después conquistarán la independencia.

Volviendo al estado de buena esperanza que disfruta el líder, y descartado para siempre todo lo que no sea emocional para la transmisión de mensajes desde los políticos hacia el universo de votantes, veo a esta pareja dispuesta a sacar todo el jugo posible de un embarazo que conquistará sin esfuerzo las portadas multicolores, y quizás millones de votos. ¿Quien renunciaría a la ventaja de la más enternecedora fotogenia en medio de tantas campañas electorales como se aproximan? Ya hizo Bescansa algo parecido en el Congreso, aunque solo duró un día, pero ese gesto tampoco sirvió para que aprendieran los de Podemos a sacar al PP del Gobierno.

Por supuesto que Iglesias habló de otras cosas en La Sexta, pero muchas de sus respuestas fueron las mismas de siempre y, además, cada vez elude más las preguntas concretas saliendo por “los cerros de Úbeda”, como casi todos los de su profesión.

A la misma hora del sábado pasado, en FAQS de TV3 un líder del PSC aún le echaba en cara a uno de Podemos en Catalunya la votación del 4 de marzo de 2016, cuando sus diputados, tan licenciados universitarios como auto engañados por la demoscopia, prefirieron a Rajoy al no apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Pocas decisiones políticas en la historia son tan imposibles de justificar como aquella. En cambio, esta vez quizás las encuestas le lleven la contraria, pero a su favor. Mientras ante las mismas cámaras declaraba que “no habían sabido explicar su política en Catalunya” por lo del fracaso de los Comunes el 21D, el último sondeo de Demoscopia, en el que le pisan los talones a un tándem Sánchez/PSOE más desdibujado que nunca, demuestra que el electorado de toda España comienza a oler el triunfo de los republicanos catalanes y, por tanto, a comprender la posición de Podemos ante el conflicto catalán, sin duda la más decente y meritoria de todos los partidos que pisan el Congreso, excepción hecha de los nacionalistas vascos.

Lo peor, y quizás por eso sigue flotando, y seguirá, aquel desprecio cruel de los de Iglesias para gestionar los resultados electorales del 20D de 2015, es que la izquierda lleva muchos sondeos sin pasar del 40%, mientras los del PP más C’s se acercan al 50%. De esta forma, solo los actualmente “inaceptables” diputados independentistas catalanes, siempre que para el 2020 siguen participando en las elecciones generales, podrían facilitar un gobierno menos peligroso y antieuropeo, por españolismo del más rancio, que el que se anuncia mediante una coalición entre el currículum de masters contra las libertades atesorado por los de Rajoy y las soflamas centralizadoras de los de Rivera.

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , , , , ,

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