En esta ocasión las obras se llevarán a cabo en las zonas de Cas Català, Illetes, Bendinat, Portals y Costa d’en Blanes creando un recorrido nuevo que se sumará a las 3 rutas visitables que ya existen del proyecto: una en la Urbanització Galatzó y Santa Ponça, otra que pasa por Palmanova, Son Caliu y Magaluf; y una tercera en Peguera.
El proyecto se inició en 2012 y tiene 5 objetivos principales: realizar intervenciones que interactúen y dialoguen con el ciudadano, crear sinergias entre artistas y entidades, impulsar la participación de creadores locales, y en definitiva, poner en valor el municipio embelleciendo espacios públicos y creando nuevos alicientes turísticos.
Los cinco creadores que se darán cita en este evento provienen de diferentes puntos del país, estando en el circuito internacional algunos de ellos. Por orden alfabético: Aïda Gómez (Berlín-Madrid), Ampparito (Madrid), Javier Garló (Mallorca), María Martín (Segovia-Mallorca) y Mario Mankey (Valencia-Berlín).
Los dos primeros forman parte de la propuesta de comisariado de Darío Cobacho, que coordinará la muestra junto al equipo de Cultura del Ajuntament y Fundación Calviá 2004.
En total se prevé realizar entre 6 y 8 obras en espacios municipales o cedidos por particulares y empresas (torres de electricidad de Endesa, una pista de tenis, diversos muros y hasta unas escaleras).
Uno de los aspectos que caracterizan BetArt es la diversidad de estilos y técnicas en las propuestas artísticas así como la libertad en la temática de las obras.
Esto se debe a que la finalidad última es acercar el arte al ciudadano en su entorno cotidiano: la vía pública; convirtiendo la ciudad en una muestra de arte viva.
En palabras del investigador Óscar Olea (México 1930) “llevar el arte a la calle es una forma de devolver la capacidad creadora al hombre común”, en definitiva: presentarlo como una manifestación cultural propia y para el disfrute del conjunto de la humanidad y no únicamente para un grupo selecto. Bajo esta perspectiva, el arte urbano se convierte en un motor para la regeneración urbana, la socialización de la cultura y la puesta en valor de nuestra identidad.
Este año el comisariado pretende cuestionar la idea preconcebida sobre el arte urbano señalando que el interés de estas creaciones no radica únicamente en la imagen entendida como un elemento decorativo y contemplativo, sino que más allá de los tópicos y del imaginario habitual del grafiti y la ilustración, existen trabajos que involucran activamente al espectador (resolviendo virtualmente la obra o participando en ella), donde la obra actúa como un nodo que une diferentes actores sociales, historias y vivencias, alejándose de la producción de objetos monumentales que no tienen vinculación con el espacio en que se sitúan.
Es por esta razón que ‘el juego’ será el vínculo discursivo de las obras de este año, una forma de invocar a una ciudad relacional donde la poesía y la subversión se manifiestan como la última forma de liberación –simbólica- del individuo.
El juego puede ser el aprendizaje a través del ocio, pero también una expresión de nuestra condición humana y la capacidad de reírnos de nosotros mismos.