De esta forma, Manera se lava las manos y responsabiliza enteramente a la cúpula de Sa Nostra de su hundimiendo porque, en sus palabras, "les perdió la codicia". Sin embargo, durante su comparecencia de ayer en el Congreso de los Diputados, el exconseller admitió que se veían indicios del inevitable final de Sa Nostra antes de la burbuja inmobiliaria de 2008, momento en el que contextualiza el hundimiento de la entidad.
Para el exmiembro del Govern balear, las razones que llevaron a esta crisis se engloban en las "ansias de expansión" de Sa Nostra, "más propias de un banco que de una caja", si bien no ha tenido en cuenta que la recesión económica dejó en peor lugar a las cajas de ahorro que a los bancos que, salvo excepciones, han continuado funcionando con normalidad.
Si bien niega toda implicación gubernamental en el proceso, Manera admitió haber conocido de antemano que "ya veíamos problemas antes de 2008", se muestra contradictorio al acusar a los directores de la entidad de mantener una gestión "opaca".
Por más explicaciones que dé el exconseller Carles Manera, lo que queda claro es la total intencionalidad de desvincularse del procedimiento que dejó a las Illes Balears sin caja de ahorro.
