Desde la Empresa Municipal de Agua y Alcantarillado (EMAYA) reconocen que hay deficiencias históricas en inversión, así como la obsolescencia de las instalaciones y el crecimiento de la población, que repercuten negativamente al ecosistema marino.
En Palma existen dos depuradoras: la de Sant Jordi y la de Can Pastilla. Esta segunda, data de los años 70 y ha quedado obsoleta, ya que en algunas zonas se unen las aguas pluviales con las residuales, llegando más agua a la depuradora de Can Pastilla y ésta no tiene capacidad de absorber y depurar todo el agua.
Con todo, Palma ha logrado el dinero necesario para renovar y construir nuevas infraestructuras. De este modo, se ampliará y modernizará la depuradora de Can Pastilla con una inversión de 80 millones procedentes del Estado.
Pero al tratarse de un proyecto a medio plazo, el Ajuntament de Palma, mientras tanto, llevará a cabo proyectos complementarios financiados con 26 millones de euros.