El balance del año contablemente cerrado de 2017 entre los ingresos y los gastos de nuestra comunidad autónoma, por primera vez desde el lejano 2010, ha arrojado un resultado positivo. Hemos finalizado el período con más ingresos que gastos. Con 54 millones de euros en positivo. Casi 9.000 millones de las antiguas pesetas.
Señora consellera: ¡enhorabuena!
La gestión de los responsables institucionales ha de estar presidida por la eficacia y la eficiencia. El resultado del trabajo de los políticos tiene que saldarse con la satisfacción de los ciudadanos. Y esta satisfacción se plasma en unos servicios públicos que den respuestas fehacientes a los requerimientos fundamentales de los que votan y, también, pagan sus impuestos.
De los impuestos –estatales, autonómicos y locales– surgen los fondos que financian estos anteriormente reseñados servicios públicos, destacando sobre todos los demás a la sanidad, los servicios sociales, la educación y la seguridad ciudadana. Y estos impuestos pueden invertirse adecuadamente o gastarse de forma inútil. Ejemplos de gastos inútiles, por desgracia, hemos tenido demasiados en esta nuestra comunidad, como usted y todos los demás ciudadanos baleares sabemos y hemos sufrido.
Señora consellera Cladera:
Conseguir un superávit es sinónimo de buena gestión. Significa que la gestión de los dineros públicos ha sido prudente y adecuada. No estirar el brazo más que la manga, y valga este popular paralelismo, es excepcional en el ámbito público.
Tampoco tenemos que regodearnos en la autosatisfacción sin atender a una realidad incuestionable: la bonanza económica balear ha posibilitado que los ingresos emanados desde determinados impuestos hayan sido superiores a los previstos. Cosa que ha contribuido a cumplir los objetivos.
Afrontamos ahora la recta final de la legislatura. Queda poco más de un año para acudir a la cita electoral. Es la hora de cerrar realizaciones para presentarse al examen de la ciudadanía con el máximo posible de éxitos conseguidos. También entramos, por ello, en una época peligrosa para la correcta administración de los fondos públicos. Debe extremar usted ahora su prevención frente a sus compañeros de pacto o de su propio partido antes que abrir la mano ante peticiones fuera de lugar.
Señora consellera:
No se deje amilanar. Anteponga los intereses generales, No tire por la borda lo que ha conseguido hasta ahora. Sea firme en sus convicciones y mantenga firme su mano sobre el control del timón de las cuentas públicas de la comunidad balear. Quizás se gane la inquina de alguno de sus compañeros, pero seguro que la ciudadanía se lo agradecerá.