Un millón de botellas de plástico acaban en destino desconocido cada día en Baleares porque sólo se recicla el 18% del millón y medio que se consumen. Son datos que manejan las organizaciones Ondine y Cleanwave, dos asociaciones sin ánimo de lucro que buscan concienciar a la población ante el problema de la contaminación por basura. Unas 200 personas acudieron ayer a su llamada para limpiar la playa de Ciudad Jardín. Adultos y niños recogieron grandes cantidades de plástico que tiran ciudadanos o llegan a la costa desde el mar.
Es la primera limpieza organizada en 2018. En la última se recogieron 13.600 fragmentos de plástico, según datos facilitados por Alice Mason, voluntaria de Ondine. Esta asociación aporta la base científica del proyecto, contando con biólogos que realizan análisis cuantitativos y proponen soluciones, además de concienciar a la sociedad a través de un programa escolar y de asesoramiento a empresas.
Cleanwave centra su trabajo en la sensibilización social y en un interesante proyecto que busca sustituir las botellas de agua de plástico por botellas de aluminio, reutilizables, para frenar la contaminación. “De momento hemos instalado 40 estaciones de relleno de agua gratuita en toda Mallorca”, explica Phillip Baier, fundador de Cleanwave. Hoteles, bares y restaurantes de la isla se han sumado ya a la iniciativa.
Los promotores darán a conocer la próxima semana el volumen de plásticos recolectados en Ciudad Jardín e incorporarán los datos a la base de datos que manejan para informar al Govern del problema medioambiental que sufren las playas de Baleares y plantearle posibles soluciones.
