Según ha informado el cuerpo en un comunicado, el pasado 15 de febrero se personó en dependencias policiales el director de una oficina bancaria denunciando la sustracción de 6.345 euros en efectivo. El dinero se encontraba en un espacio de la sucursal donde sólo pueden acceder los trabajadores y personal de seguridad.
Desde el principio, han explicado, los datos recogidos parecían indicar que la sustracción pudo ser cometida por personal de la propia entidad bancaria. Así, la Policía Nacional comenzó a realizar las primeras indagaciones, se tomaron declaraciones y se realizó el reconocimiento de las instalaciones y otras gestiones de investigación.
La investigación se centró en los integrantes de la empresa de seguridad que se encontraban ese día de servicio. Finalmente, los datos obtenidos en la investigación apuntaron al vigilante que presta servicio de manera permanente en la sucursal ya que realizó movimientos bancarios que no coincidían con los habituales, ni en cantidades ni en periodicidad.
El detenido, en la declaración prestada, reconoció su participación en los hechos, y aseguró que el dinero lo quemó tras sentirse avergonzado por lo que había hecho.