Se trata de una enfermedad de la piel causada por un ácaro parásito que no es peligrosa pero sí muy contagiosa. Las primeras hipótesis apuntan a que el foco pudo venir de algún visitante.
Según han explicado fuentes del IMAS, en cuanto se han detectado estos casos se ha puesto en marcha un protocolo especial por el que se le aplica el tratamiento al afectado y a su compañero de habitación.
Además, se aísla la habitación, poniendo en cuarentena la ropa, sábanas y cualquier elemento textil, mientras se realiza una limpieza a fondo de la habitación para evitar la propagación de la enfermedad.
Igualmente se da cuenta todo el personal del módulo para que tome las medidas preventivas establecidas en el procedimiento de actuación en caso de enfermedad infectocontagiosa.
La residencia tiene un total de 450 usuarios y todos los posibles casos se han detectado en dos módulos de la misma planta, que ya se encuentra en estado de aislamiento. A todos los residentes de la planta se les han aplicado las correspondientes medidas preventivas.