De este modo, el espacio por donde se tiene que construir la vía ya son de titularidad pública, a pesar de que todavía no se sabe cuál será el trazado definitivo.
A principios de este mes de enero la consellera de Territorio e Infraestructuras, Mercedes Garrido, y el director insular de Infraestructuras y Movilidad, Joan Cifre, se reunieron con el alcalde de Santanyí, Llorenç Galmés, y con vecinos de s'Alqueria Blanca para analizar el estado en que se encuentra el proyecto de la ronda.
En la reunión se aseguró que el Consell ya dispone del documento de la Comissió Balear del Medi que tiene que marcar los parámetros que se tienen que analizar en el estudio ambiental que tiene que elaborar la institución insular para avanzar con el proyecto. La previsión es que se acabe de redactar a finales de abril y, después pasará a exposición pública al mes de mayo, con las 5 alternativas. En ese momento, el Consell dará a conocer la opción que se ha escogido para llevar a cabo la ronda y los criterios que la fundamentan.
Este será el momento en que los vecinos podrán hacer alegaciones sobre el proyecto. La variante de s'Alqueria Blanca es una reivindicación histórica del municipio, porque tiene que suponer que todo el tránsito que, actualmente atraviesa el núcleo, no tenga que pasar por dentro del pueblo.
Como la institución todavía tiene que terminar el proyecto y lo tiene que aprobar la Comisión Insular de Medio Ambiente, todavía no hay una fecha clara de cuando podrán empezar las obras. Lo que, en principio, sí que se ejecutará dentro del 2018, será la rotonda que se tiene que construir en el cruce de la carretera principal con el desvío en dirección al Puig de Consolació. Se trata de uno de los puntos más peligrosos del municipio de Santanyí, que con esta rotonda quedará resuelto.
