Aclaró que "la Oficina se creó con el objetivo de erradicar la corrupción" y que se estudiarán las denuncias tanto personales como anónimas hacia políticos o ciudadanos de a pie. "Todas las denuncias se estudiarán. Tendrá que haber un protocolo para archivar las denuncias que no tengan indicios claros de corrupción", explicó. Y es que es en ese punto donde radica, según Jaume Far, la diferencia entre la institución que preside y la Fiscalía. "Nosotros hacemos un trabajo que no hace nadie: investigar de oficio actos que puedan derivar en corrupción", aclaró y, para ser más específico, aseguró que "estamos a medio camino entre la Sindicatura de Cuentas y la Fiscalía. Investigamos motu propio si hay corrupción, no sólo atendemos denuncias".
De esta manera, cuando la Oficina esté en una fase de su creación más avanzada, se creará un protocolo de actuación en el que se determinará qué indicios tendrá que tener una denuncia para ser investigada. En el caso de no tenerlos, explicó Far que las denuncias serían archivadas por si en algún momento existen indicios claros de corrupción. Este reglamento, que regulará la actuación del órgano dirigido por Jaume Far, tendrá que ser aprobado por el Parlament.
En cuanto al sueldo que percibirá, cuestionado por su alta cuantía, Far ha asegurado que es ligeramente superior al que cobraba en Calvià.
En este mismo espacio se puede ver la entrevista completa a Jaume Far, director de la recién estrenada Oficina Anticorrupción de las Illes Balears.