Buades ha lamentado las condiciones de higiene y el estado de los alimentos de la gran mayoría de los comedores colectivos que hay en la isla, que ha provocado el cierre de 23 comedores. De todos modos, lo que más preocupa a Buades es "la gran cantidad de locales que tienen un aprobado rascado".
Hay que tener en cuenta que en Mallorca hay, aproximadamente, 13.000 comedores colectivos y tan sólo 33 inspectores, por lo que solo se han inspeccionado cerca de un 10% de los locales, pero la estadística es terrible: "dos de cada tres comedores suspenden o aprueban justo" porque, según Buades, "se relajan cuando no están ante los clientes".
La jefa de Seguridad Alimentaria ha advertido a los propietarios de estos locales que "no olviden que ellos son los últimos responsables y los que pagan las consecuencias, si algo va mal". Además, piensa que el cliente "tiene que exigir que el 5 suba, como mínimo, hasta el 7".
