Esta congregación, que desde 1877 está al servicio de los ancianos con escasos recursos económicos, no reciben ninguna subvención estatal. Subsisten gracias a las donaciones y a una parte de las pensiones de los propios jubilados que mantienen y cuidan.
En su residencia en Palma, acogen a cerca de un centenar de ancianos de forma permanente manteniendo viva la herencia de su fundadora Santa Juana Jugan. Las Hermanitas de los Pobres son un ejemplo de hospitalidad con los ancianos necesitados, ofreciendo un espacio en los que se promueva, defienda y cuide la vida.
Gabriel Sampol ha tenido la ocasión de recorrer las instalaciones del edificio de General Riera, donde trabajan unas 35 personas en distintos departamentos y en donde viven 13 hermanas.
Con esta colaboración, SAMPOL reafirma su compromiso con la sociedad mallorquina y continúa con su labor de compromiso en favor de causas solidarias que contribuyen a mejorar la situación de los colectivos más desfavorecidos.