La consellera de ramo, Patricia Gómez, ha constatado la relevancia de ese problema que tiene un gran "impacto social" y ha recordado que en Balears 93 personas se quitaron la vida en 2015, lo que supone una media de dos suicidios a la semana. Además, cada día se producen entre 15 y 20 tentativas de suicido en el archipiélago.
El coordinador autonómico de Salud Mental, Oriol Lafau, ha explicado que los suicidios son una de las principales causas de muerte en jóvenes, y es la primera causa de muerte de los hombres de 15 a 29 años y la segunda (después de los tumores) en el caso de las mujeres en esa franja de edad.
"Es un problema importantísimo del que se ha hablado muy poco", ha aseverado el coordinador de Salud Mental, quien ha remarcado la necesidad de "seguir luchando contra el estigma que rodea al suicidio y la enfermedad mental".
El Observatorio, que forma parte del Plan Estratégico de Salud Mental, inicialmente recogerá y analizará la información relacionada con los suicidios y tentativas de suicidio que se registren en los hospitales públicos y privados, los centros de salud de las Islas y en el 061.
Así, una vez analizados estos datos, se podrá disponer de una imagen detallada de la situación actual en la Comunidad, según ha precisado Lafau.
A partir de aquí, implantará un protocolo que recoja los procedimientos clínicos normalizados para prevenir y tratar el suicidio.
El objetivo es que este documento sirva de guía a los profesionales de los servicios de urgencias de los hospitales y centros de Atención Primaria en el momento de evaluar a los pacientes que ingresen y para realizar su seguimiento una vez reciban el alta hospitalaria.
Asimismo, se establecerá un procedimiento de actuación en las unidades de salud mental ambulatorias para pacientes con riesgo suicida y tentativas previas de suicidio.
Igualmente, los resultados ayudarán a potenciar factores que protejan de la conducta suicida, a detectar situaciones de alto riesgo y prestar atención especial a los grupos de riesgo --niños, adolescentes, personas mayores, enfermos crónicos graves y víctimas de violencia de género-- y a los pacientes con trastornos relacionados con una mayor incidencia del suicidio.
El Observatorio contempla otras medidas para intentar erradicar el suicidio, entre ellas el desarrollo de programas formativos para profesionales implicados en la detección y manejo del riesgo de suicidio en la población general y grupos de riesgo.
Además, también prevé la creación de un equipo de ayuda para centros escolares para dar apoyo profesional a iguales de niños y jóvenes que hayan consumado el suicidio y para dar pautas de detección dirigidas a familiares, alumnos y docentes.
Otra de las líneas de trabajo será la de limitar el acceso a medios letales evitando la acumulación indebida de medicamentos por parte de pacientes con riesgo suicida.
El fomento del adecuado tratamiento --conforme con las directrices de la Organización Mundial de la Salud-- de las noticias relacionadas con conductas suicidas y los suicidios por parte de los medios de comunicación, es otra de las iniciativas que incentivará el Observatorio del Suicidio que acaba de ponerse en marcha.