Lo que me sorprende a es que los perjudicados y enjaulados no hayan abierto los ojos y hayan señalado al culpable de que les decretasen la prisión preventiva: Carles Puigdemont.
En el momento que el ya ex presidente de la Generalitat de Catalunya cogió los bártulos y se fue con viento fresco hacia Bélgica, dio por sentado a la justicia española que cualquiera de sus cómplices eran susceptibles de protagonizar un intento de fuga como ya consumó su líder.
Además, una huída en vano, porque difícilmente un país como Bélgica se pondrá en contra de uno de los países de la UE con más peso como España. De hecho el primer ministro belga ya le dejó caer alguna perla a su incómodo e inadecuado inquilino cuando afirmó que si había declarado esa independencia lo correcto sería que “estuviera con su pueblo”.
Pero no, tras su espantada dejó tirados a todos los catalanes que le votaron, bueno mejor diremos a los que le apoyaron, para que haya alguno. Todos esos ciudadanos que bloquearon a la Policía y a la Guardia Civil durante el “referéndum” ilegal ganándose así, las represalias de la autoridad.
Asimismo, he de felicitar al valiente ex presidente catalán por una cosa. A pesar de haber traicionado a todos sus conciudadanos tras huir al extranjero, aun hay mucha gente por las redes sociales que le apoya y cree realmente que está gobernando la sexta República Catalana (no sé cuáles son las otras cinco).
Por otra parte, no me cabe la menor duda de que Carles Puigdemont, tarde o temprano acabará entre rejas, y cuando pase, la cúpula independentista y sus afines entrarán en cólera haciendo como que no se lo esperaban para conseguir continuar con su farsa victimista.
Todo y así, huelga decir que todo lo sucedido no hubiera pasado si los independentistas no hubieran tenido detrás a la CUP ‘emprenyant’ para hacer la DUI sea como sea y caiga quién caiga. Si solo del partido del expresidente hubiera dependido, el proceso separatista se hubiera paralizado muchísimo antes y ahora mismo nadie estaría en la cárcel.
En definitiva, Cataluña ha sido víctima de las ataduras políticas del expresidente Puigdemont con ERC y sobre todo la CUP. Esto derivará en condenas de prisión, gente golpeada por las fuerzas de seguridad del estado y unas elecciones que pondrán las cosas en su sitio y hará que todo siga igual.