Según ha informado la Conselleria de Medi Ambient en un comunicado, la tramitación ordinaria empieza después de un proceso de participación en el que se ha mantenido una treintena de reuniones con un amplio espectro de interlocutores como organizaciones agrarias, entidades ecologistas, colegios profesionales, sector ecológico, cooperativas, Consells y resto de Consellerias, entre otros.
Según el Govern, el contacto con los autores de la Ley agraria vigente ha sido constante para mejorarla con la experiencia de haberla aplicado durante más dos años, "después de haber corregido los aspectos más urbanísticos de la normativa". Precisamente por seguridad jurídica y a petición de algunos de ellos, se crea una Ley nueva, con un texto consolidado, a fin de que sea más eficaz, indica la nota.
El anteproyecto de ley se centra en la seguridad y la soberanía alimenticia, y prioriza la producción de alimentos sobre otras actividades relacionadas con la actividad agraria -como algunas actividades complementarias de ocio y los cultivos energéticos-, la venta directa y la transformación del producto en toda la comunidad.
Incluye medidas para la adaptación al cambio climático, como el contrato territorial. Esta figura consiste en compensar los costes que representa para los payeses la generación de toda una serie de externalidades sociales y ambientales positivas como el mantenimiento de los márgenes, las acequias o la dinamización de otros sectores económicos.
Por otro lado, las actividades complementarias con el objetivo de que no sustituyan la actividad agraria se permitirán en explotaciones preferentes, que tendrán que generar una unidad de trabajo agrario - trabajo para una persona durante todo el año- y certificar que un mínimo de la renta proviene de la actividad agraria.
Por otra parte, se crean las zonas de alto valor agrario, que se reservan y priorizan para esta actividad, y se abre la posibilidad de que los ayuntamientos y los consells creen bancos de tierras, que también pueden ser privados. También se impulsa la figura del parque agrario, poniendo en valor la actividad agraria en zonas periurbanas.
Además, se apuesta por el producto local y el patrimonio fitogenético, se crea el Catálogo de variedades locales, se introduce la posibilidad de tramitar ante el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que no se autorice la siembra de nuevos organismos modificados genéticamente -transgénicos- y se recoge la obligatoriedad de cumplir la Ley estatal de sanidad vegetal, en virtud de la cual las fincas se tienen que mantener en buenas condiciones y se tiene que alertar a las autoridades sanitarias si se sospecha de la presencia de una plaga, como la de Xylella fastidiosa.
Según asegura la Conselleria, en una apuesta por la producción agraria de calidad de la comunidad, se establece el marco legal para que en las compras públicas se prioricen los productos de calidad de proximidad.
La Ley prevé también la redacción del Plan Forestal de Baleares y de un plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres del sector agrario y entre mujeres de otros sectores.
El texto se puede consultar en este enlace.
