Según ha informado en un comunicado el Ayuntamiento de Palma este miércoles, el acuerdo, que contempla la renovación de la flota en dos fases, se trasladará al próximo pleno de octubre.
El regidor de Movilidad y presidente de la EMT, Joan Ferrer, ha destacado que la operación es "un proyecto de ciudad" y que se ha apostado por una tecnología que reduce las emisiones para conseguir "una ciudad menos contaminada".
Ferrer ha destacado que el préstamo concedido por el BEI, que asciende hasta los 30 millones de euros que se pueden solicitar en siete años, permite "dejar cerrada y garantizada la renovación de toda la flota de autobuses".
Para la primera se prevé una inversión total de 30 millones de euros, de los cuales la mitad serán aportados por el BEI y los otros 15 procederán de otras entidades. Para la segunda, quedará una aportación del Banco de hasta 15 millones de euros.
La flota de la EMT se compone de 177 autobuses. De estos, 95 tienen entre 15 y 17 años, cifra que supone el 53,3 por ciento del total, más de la mitad.
El hecho de que sean de gas natural "permitirá una reducción muy fuerte de emisiones de contaminantes en relación al diesel", ha afirmado el regidor. En este sentido, bajará en un 81 por ciento las partículas; en un 92 por ciento, la de óxido de nitrógeno y en un 63 por ciento, la de hidrocarburos no metánicos.
Otra de las novedades es que la financiación también permitirá construir una 'gasinera' en las cocheras de la EMT para, de este modo, dar servicio a los nuevos buses "de forma rápida".
Además, se renovará el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE) y se actualizará la tecnología de comunicaciones entre vehículos y control de cocheras y la renovación total de la tecnología de equipamiento de validación y venta en vehículos.
Por último, se sustituirán los vehículos de 12 metros, por los de 18 metros para, así, ganar en un 35 por ciento más de capacidad, además de ahorrar combustible y mantenimiento y tener un menor número de buses completos