Así lo ha manifestado durante su interrogatorio en el juicio que celebra el Tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial de Baleares, en Palma.
El acusado ha rechazado el posible móvil pasional del crimen ya que sostiene que no conocía la relación de su ex mujer con la víctima. También ha indicado que en el momento de los hechos él y su ex pareja ya mantenían una vida separada.
En cuanto a las búsquedas en Internet que fueron halladas en su ordenador sobre armas o contratación de sicarios, ha defendido que el equipo también era utilizado por otras personas, entre ellas su ex mujer, y que él no realizó tales búsquedas.
En lo que respecta al arma del crimen, un revólver de calibre 38 que fue encontrado en su taller mecánico, ha sostenido que no es suya. El acusado tenía una licencia de armas pero no amparaba este tipo de revólver.
El juicio continuará este miércoles con las declaraciones de los agentes de Policía que han participado en la investigación, mientras que el miércoles se practicarán las pruebas periciales y el jueves acabará la vista pública con la prueba documental.
La defensa del acusado pide la libre absolución de su cliente, mientras que el Ministerio Fiscal solicita una pena de 22 años de cárcel por asesinato y tenencia ilícita de armas. Asimismo, la Fiscalía solicita también que indemnice a la mujer e hija del fallecido con 250.000 euros por el perjuicio causado.
Los hechos tuvieron lugar el 24 de junio de 2014 en un bar de la localidad mallorquina de Porto Cristo, en el municipio de Manacor. El presunto asesino acudió al bar con un arma de fuego entre las 07.00 y las 07.40h, antes de que abriera al público el establecimiento, ya que la víctima estaba limpiando el local.
Según el escrito del fiscal, tras mantener una breve conversación, el hombre habría disparado contra el propietario del bar, que mantenía una relación sentimental con la esposa del acusado.
Se hallaron dos proyectiles en el cuerpo de la víctima, que murió por destrucción de centros vitales a causa de un shock hemorrágico.