Según ha explicado en una nota informativa el Instituto Armado, los campings se ofertaban a través de una plataforma de alquiler a través de Internet, donde se ofrecía el alquiler turístico de tiendas de campaña por unos precios que rondaban entre 15 euros y 40 euros por persona y día.
Estos alojamientos se ubicaban en suelo rústico en los cuales se habían instalado aseos, inodoros, duchas, mesas, sillas, placas solares, iluminación, depósitos de agua e incluso zona de barbacoa, todos ellos dentro de masa forestal con el consiguiente riesgo de incendio.
Las actividades no disponía de ninguna de las autorizaciones administrativas en materia de turismo, de licencia de actividad o de licencia urbanística, entre otros.
Durante las inspecciones los agentes identificaron a clientes, todo ellos, extranjeros de distintas nacionalidades, reconociendo que habían realizado la reserva, previo pago en el portal web.
Las denuncias administrativas se han remitido a las autoridades autonómicas y municipales competentes.