Esta misma semana, más concretamente el próximo jueves 14 de septiembre, se perpetrará el asesinato y entierro definitivo de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares. Nuestra Sa Nostra.
En el convocado consejo de administración de su actual propietario, el Banco Mare Nostrum, y bajo la batuta del máximo responsable del mismo, Carlos Egea, se aprobará su absorción definitiva en el seno del gigante financiero Bankia, según las órdenes emanadas desde el despacho del actual ministro de Economía, Luis de Guindos.
Y con ello más de cien años de historia empresarial, financiera, económica y, sobre todo, social y de desarrollo cívico de las Illes Baleares se convertirán en un resto arqueológico, en un triste legajo de papeles enclaustrados en una vitrina. En nada.
¿Cómo ha sido posible que la entidad financiera capital de nuestra comunidad haya desaparecido sin que nadie ni siquiera levante una ceja? ¿Qué ha pasado para qué la sociedad balear viva con esta absoluta y tóxica indiferencia que Sa Nostra sea ahora ya absolutamente nada? ¿Quiénes han sido los responsable de que ocurra esto? ¿Quiénes debían vigilar por la correcta administración de nuestros dineros en Sa Nostra y dejaron que se perdieran?
Sa Nostra surge en el siglo XIX cuando las clases más ilustradas de la sociedad balear ven la necesidad de organizar un potente brazo económico que aporte capital a los proyectos impulsados por los ciudadanos más emprendedores que aspiran a auparse al tren del desarrollo europeo. Como caja de ahorros, su principal objetivo es engrasar las necesidades de financiación privadas. Sin ánimo de lucro y sin atender al ansia de enriquecimiento de sus accionistas, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares se convierte en la entidad en la que todos, absolutamente todos, confían. Comerciantes, empresarios y ciudadanos de Baleares encuentran respuestas a sus demandas en una entidad en la que la gestión está marcada por la moderación y se huye de los riesgos innecesarios.
Esta manera de actuar es la que le otorga a Sa Nostra la credibilidad de la eficacia y la eficiencia. De hecho, en el momento en que posan sus garras sobre ella los políticos, la mitad de los ciudadanos de Baleares tienen depositados sus fondos en la caja balear y es la primera entidad financiera en préstamos de nuestra comunidad.
Sin embargo, al inicio de la Transición, el Gobierno socialista de Felipe González dicta una nueva ley que transfiere el control real de las cajas desde sus depositarios y gestores profesionales a los políticos que gobiernan las comunidades autónomas y ayuntamientos. Ley socialista que los posteriores gobernantes del Partido Popular no modificarán ni un ápice. El objetivo es que los políticos de turno tengan en sus manos la potente posibilidad de influir en la sociedad a través de los créditos y la financiación. Y con ello se rompe un siglo de gestión adecuada para, en poquísimos años, dar paso a la hecatombe financiera y a la quiebra generalizada del sistema de cajas de ahorros de España.
En Baleares son principales actores de esta situación nuestros gobernantes socialistas del Pacte de Progrés: el presidente del Govern Francesc Antich y su dilecto conseller d’Economia, Carles Manera. Antich y Manera, hoy recompensado por Francina Armengol con la presidencia del Consell Econòmic i Social de les Illes Balears, se embarcan en una demencial política de gasto público descontrolado cuando la situación económica general se despeña en barrena por la crisis financiera mundial y el estallido de la burbuja inmobiliaria.
La consecuencia de todo ello es que la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares presenta bajo el mandato institucional de Antich y Manera un desequilibrio mortal en sus cuentas y desde la Unión Europea y el Gobierno de España se decreta la concentración bancaria que convierte a Sa Nostra en una mínima parte del Banco Mare Nostrum, juntamente con las cajas de ahorro de Granada, Murcia y el Penedés. Y de ese primer intento fallido al que se va a ejecutar este próximo jueves: la absorción de BMN por Bankia. Por cierto, ambas entidades con mayoría de capital en manos del Estado.
Señores Francesc Antich y Carles Manera:
Desde la comodidad de sus respectivos cargos institucionales –senador de España y presidente del Consell Econòmic i Social balear, respectivamente–, se deben estar ustedes regodeando viendo como su responsabilidad política real y presuntamente criminal se difumina entre la niebla del pasotismo de la sociedad balear y la protección culpable de sus compañeros políticos de derechas y de izquierdas.
El Govern balear era la institución fundamental en el control y vigilancia de lo que ocurría en la Caja de Ahorros de Baleares, así como también el Banco de España. Usted, señor Antich, era el presidente del Govern en el momento de la fallida absoluta de Sa Nostra. Y usted, señor Manera, el conceller d’Economia. Ambos dos responsables directos y, por tanto, culpables de todo lo que ha acontecido en Sa Nostra.
Y sobre este entramado de corrupción, inutilidad y culpas, un grueso manto de protección política quiere ocultar a los ojos de la ciudadanía la responsabilidad dolosa de ustedes dos. La comisión de investigación reclamada en el Parlament balear por los partidos Ciudadanos, MÉS y Podemos se ha visto cortocircuitada por la hermandad sobrevenida de los presuntamente culpables de la debacle financiera de Sa Nostra: PSIB y PP. Socialistas y populares, por tanto, únicamente han sido capaces en esta legislatura de ponerse de acuerdo en una cosa: en taparse mutuamente las vergüenzas de Sa Nostra vetando una comisión clarificadora en el Parlament. Solo esa acción ya desvela la verdad de este caso de flagrante corrupción política.
Y es que a la verdadera responsabilidad de ustedes dos, señores Antich y Manera, en la desaparición culpable de Sa Nostra, hay que unirles la indiferencia perniciosa de la sociedad balear. Pese a haber asistido al derrumbe de una entidad centenaria modélica, los baleares han sido víctimas, una vez más, de su sempiterno pasotismo cívico. Esa es la consecuencia de dejar en manos de incompetentes la responsabilidad de gestionar algo tan importante como es la gobernanza de lo público.
Sa Nostra desaparecerá definitivamente este jueves. Con ella acabarán más de cien años de ejemplar función social y financiera. Los responsables de todo lo ocurrido, Francesc Antich y Carles Manera, se protegen bajo el amparo de sus compañeros políticos. Y la sociedad balear contempla indiferente como su caja se convierte en nada.
Sa Nostra se convierte en nada y nada hace ante ello la sociedad balear. Una vez más, tenemos lo que nos merecemos. Ustedes, señores Antich y Manera, son culpables. Y también lo son aquellos que les colocaron al frente del Govern y todos los que miraron hacia otro lado cuando ustedes descarrilaban.