"Los niños están en la comandancia de Granada, a la espera de lo que decida ahora el juzgado", han señalado fuentes de la propia Guardia Civil.
El Juzgado de Instrucción número 2 de Granada había exigido a Rivas la devolución a su progenitor este lunes a los menores, de once y tres años. Los servicios sociales italianos han informado este fin de semana de que supervisarán la situación de los niños junto a su padre, Francesco Arcuri, dado que previsiblemente se los llevará con él de vuelta a la isla de Carloforte (Italia), donde regenta un hotel rural.
Rivas tenía que devolver a los hijos en un punto de encuentro familiar de la Junta de Andalucía a las 17.00 horas de este lunes, según el auto de la juez.
En el mismo auto, la juez también citaba a declarar en el Juzgado de Instrucción 2, en Caleta, el próximo 30 de agosto, a la asesora jurídica del Centro Municipal de la Mujer de Maracena, Francisca Granados, y a la psicóloga del citado organismo como investigadas ante "su presunta intervención bien como inductoras, bien como partícipes necesarios, en los delitos de sustracción de menores".
Los menores residían en la isla de Carloforte hasta que Juana Rivas los trajo con ella a España, en mayo de 2016. Un mes y medio después de su llegada, la mujer de Marcaena interpuso una denuncia de malos tratos contra su expareja y padre de los hijos, que todavía está pendiente de resolución, después de haber tardado más de un año en ser trasladada a Italia.
Rivas ha permanecido casi un mes escondida con sus hijos para evitar entregárselos a su progenitor, incumpliendo varias órdenes judiciales que exigían su reposición, derivadas de un proceso abierto contra ella por sustracción de menores. Rivas alegaba que temía por la integridad de los menores y la semana pasada, cuando se entregó al juzgado de manera voluntaria, pidió que la Justicia española escuchara lo que sus hijos, sobre todo el mayor, de 11 años, opina sobre su situación.
En el último auto, la jueza recordaba que sin la entrega de los menores, estos no podían ser escuchados. También alertaba contra la "alienación parental" que el secuestro podría producir en los menores.