Según informan a El Confidencial fuentes de la investigación, su plan A era provocar una explosión de enorme magnitud en el templo barcelonés. Preparaban para ello grandes cantidades del explosivo 'preferido' del Estado Islámico, conocido como TATP o triperóxido de triacetona y bautizado por el terrorismo yihadista como 'la madre de Satán'. Para ello almacenaban grandes cantidades del mismo en la casa de Alcanar, que pensaban combinar con bombonas de butano.
El fin del grupo, cinco de cuyos miembros fueron abatidos en Cambrils cuando intentaban reproducir el atropello masivo de la Ciudad Condal, era volar en pedazos el templo emblemático de Gaudí y principal símbolo de la ciudad.
La destrucción de su laboratorio de explosivos truncó estos planes y la celula decidió desarrollar su segunda opción en otro de los puntos más representativos de la capital de Cataluña.
La casa tarraconense saltó por los aires cuando el grupo se encontraba en la fase final de elaboración de potentes artefactos explosivos. Querían emplear el TATP para detonar por simpatía la carga de bombonas de butano.
Los Mossos han encontrado 106 botellas de gas entre los cascotes de la vivienda.
Según fuentes de la investigación, se trabaja con la hipótesis de que el inmueble de Alcanar era un piso franco del grupo, con un papel similar al que jugó la finca de Morata de Tajuña en los atentados del 11-M de Madrid.
Según apuntan otras fuentes también recogidas por El Confidencial, la célula actuaba con el impulso de un guía espiritual o ideólogo que los acompañó en el proceso de radicalización y, después, ayudó a planificar durante meses un operativo tan complejo como el que presuntamente habían tramado.
Los investigadores apuntan que sus edades, de un rango entre los 17 y los 24 años y su falta de antecedentes en delitos relacionados con el yihadismo, refuerzan esta hipótesis.
Fuentes de la investigación apuntan que se han detectado viajes de algunos de los yihadistas a Francia y numerosas estancias en Marruecos.
La célula suma, según los cálculos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, al menos 20 miembros entre integrantes de primer grado y colaboradores. Actuaban de forma muy cohesionada gracias a los lazos familiares que los unían. En sus filas coexistían, al menos cinco parejas de hermanos.
La operación en Cambrils ha descabezado el corazón del grupo aunque las pesquisas se mantienen abiertas y no se descartan nuevos arrestos.