A la aerolínea irlandesa de bajo coste no le han gustado en absoluto los planes para que Lufthansa se haga cargo de la segunda compañía aérea alemana, con el beneplácito del Gobierno de Angela Merkel. Y por eso ha decidido recurrir a Bruselas, para denunciar una operación que considera que rompe las normas de competencia de la Unión Europea.
“Es una quiebra que se ha creado de manera artificial, de manera que Lufthansa pueda asumir una Air Berlin libre de deuda”, lamenta Ryanair en el comunicado en el que ha anunciado que no piensa quedarse de brazos cruzados.
Ha recurrido a la comisión Antimonopolio de Alemania, ya que cree que también se están incumpliendo las normas germanas de competencia. Pero ante el papel activo que está teniendo el Gobierno alemán en las negociaciones de la operación, ha buscado también amparo ante la Comisión Europea.
Desde el Ejecutivo comunitario han confirmado que ya han recibido quejas ante la posible adquisición por parte de Lufthansa de Air Berlin, después de que esta tuviera que anunciar que iniciaba su proceso de insolvencia este martes, ante la decisión de su principal accionista, Etihad Airways, de no concederle nuevas ayudas financieras que le permitieran remontar el vuelo.
Bruselas, por el momento, mantiene una postura prudente. “Mantenemos contactos constructivos con Alemania. Nos han notificado la operación y ahora la vamos a analizar. Tenemos hasta dos meses para tomar nuestra decisión”, ha explicado el portavoz Ricardo Cardoso.
Para Ryanair, las investigaciones de Bruselas no le son ajenas. No son pocos los casos en los que la Comisión Europea ha abierto procesos contra ayudas de Estado que sospechaba que eran ilegales, aunque buena parte de ellas se trataba de subsidios que han beneficiado, no perjudicado, a Ryanair. Un ejemplo recurrente es el del respaldo que las administraciones públicas o las gestoras han concedido a sus aeropuertos regionales, en los que Ryanair estaba presente, con el objetivo de insuflarles oxígeno.
Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo la Comisión decidió obligar a Ryanair, HLX y Tuifly a devolver 13 millones a Austria, por los beneficios ilegales de los que se han beneficiado en el aeropuerto de Klagenfurt.