Desde el pasado viernes 28 de julio, con la recepción del monarca a las principales autoridades baleares y mallorquinas, hasta hoy, 7 de agosto, con la entrevista del Jefe del Estado con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un año más se ha completado el tradicional y breve veraneo mallorquín de Felipe VI, su esposa Letizia Ortiz y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Entre una fecha y otra, hemos contemplado el ir y venir regio en las regatas de la Copa del Rey de Vela, en una excursión familiar a Cabrera con los primos Urdangarín y Marichalar, en el posado tradicional del cuarteto real en Marivent y en la recepción a las personas representativas de los diversos ámbitos de la sociedad balear en La Almudaina. Vamos, cumplimiento estricto del guion y poco espacio para las sorpresas.
Sin embargo, una circunstancia ha pasado desapercibida para la mayoría de los ciudadanos. Y es que el Rey, la Reina, la Princesa y la Infanta no han dormido ni un solo día de sus vacaciones palmesanas en el Palacio de Marivent.
Desde el primer estío en el cual el por entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia, compartió veraneo mallorquín con su reciente esposa, Letizia Ortíz Rocasolano, la pareja real nunca ha pernoctado en el gran palacio legado por el filántropo Saridakis a los baleares sino que siempre lo han hecho en el chalet que su padre, Juan Carlos de Borbón, mandó construir en su momento para otorgar al heredero independencia e intimidad con sus posibles visitas personales.
Esa circunstancia tenía un lógico sentido en esas fechas ya que el Rey de España seguía siendo el actual monarca emérito y Felipe VI era solamente el heredero. Sin embargo, pasado el tiempo, abdicado Juan Carlos y entronizado Felipe, se ha perpetuado la división territorial familiar de Marivent.
En estos momentos, paradójicamente, el gran palacio no lo ocupa la Familia Real, sino la madre del Rey, la reina emérita Sofía de Grecia, y su inseparable hermana Irene. Además de los nietos Urdangarín este verano y otros invitados de la reina madre.
De ahí que, realmente, resulta hasta cierto punto falso decir que los Reyes de España han pasado sus vacaciones en el Palacio de Marivent, aunque sí podríamos decir que lo han hecho en el recinto de viviendas, casas, oficinas, acuartelamientos, palacio y chalets que denominamos muy ampliamente Marivent.
Al estricto caserón de Marivent y sus jardines, en años posteriores se añadieron otros terrenos anexos que estaban ocupados por la Armada española, se derribaron muros interiores, se urbanizó el recinto, se interconectó con caminos asfaltados, se unificó el jardín y se edificaron los edificios que albergan a toda la corte administrativa y de seguridad que acompaña a los monarcas en su breve estancia mallorquina.
A todo ello se le llama ahora genéricamente como Marivent. Pero, en sentido estricto, el Marivent de Saridakis está ahora solamente ocupado por la Reina Sofía y su hermana Irene.
Ambas ocupan dos habitaciones contiguas, con cuarto de baño adjunto y ninguna estancia privada más. En el mismo caserón, aunque casi nunca las ocupa, el Rey Juan Carlos tiene reservadas para su disfrute personal las estancias de la torre: una habitación dormitorio, baño particular y sala para recibir visitas con cierta intimidad.
Felipe, Letizia, Leonor y Sofía nunca han tenido un espacio para ellos en Marivent. Siguen residiendo durante los escasos diez días de sus vacaciones mallorquinas en la denominada Casa del Príncipe. En estos momentos está integrada en el recinto de Marivent, pero en sus orígenes era la residencia del jefe de la base naval de Porto Pi. Por eso, para los puristas, ese chalet nunca ha sido Marivent.
La edificación, en el estilo austero, sin ostentaciones y ciertamente anticuado de todas las construcciones de la Casa Real, se extiende sobre 500 metros cuadrados edificados, con planta baja, piso superior, buhardilla y sótano. Y, eso sí, con terrazas y piscina propias.
Junto a la Casa del Príncipe están otras dos edificaciones gemelas, construidas al mismo tiempo y destinadas una de ellas a la Infanta Elena, que la ocupa con sus hijos cuando visita Palma, y la otra a la Infanta Cristina, evidentemente deshabitada en este momento. De hecho, la última vez que Cristina pernoctó en esa vivienda fue en el verano de 2015, su última visita a Marivent antes de ser repudiada por su hermano Felipe.
