En primer lugar, no se trata realmente de una agenda con fechas, nombres propios, números de documentos oficiales, registros de facturas y otras informaciones comprobables, sino simplemente un cuaderno con anotaciones manuscritas.
Los expertos consultados señalan que, precisamente, esa es la absoluta debilidad de la agenda como prueba: no hay ninguna referencia escrita que permita colegir su veracidad. Es decir, que algo de lo que se ha anotado corresponda a algún hecho cierto. De hecho, el comentario más repetido ha sido el siguiente: “Todo lo que hay allí podría haber sido escrito ayer mismo por cualquier persona”.
¿Cómo se puede relacionar la anotación “principito” con Álvaro Gijón? ¿Cómo se puede relacionar “preparar chica” con la declaración de la testigo protegida número 31 de que eso significa que José María Rodríguez había solicitado expresamente a la ‘madame’ del prostíbulo los servicios de una mujer en concreto? ¿Cómo se puede relacionar “medicina” con el presunto consumo de cocaína por parte de Gijón y Rodríguez?
“Se trata de la palabra de una persona contra la de otras. No se puede acusar a nadie de nada sin pruebas ciertas, comprobables, reales y verídicas. Solo unas palabras de un particular no sirven para condenar a nadie. Esa acusación debe tener fundamentos ciertos”, han señalado los abogados consultados.
La realidad es que la ‘agenda’ de la prostituta denominada judicialmente ‘testigo protegida número 31’, aireada a bombo y platillo en sede judicial, aporta poco o casi nada para aclarar el caso, sino más bien muchísima confusión. De hecho, tanto Gijón como Rodríguez, en el careo ordenado por el magistrado, reiteraron una y otra vez la falsedad de los hechos que se les imputan y exigieron que todas estas acusaciones sean fundamentadas en pruebas irrefutables o retiradas. Cosa que a día de hoy aún no ha ocurrido, pese a los largos meses de investigación abierta.
En este ámbito destacar que José María Rodríguez ha presentado 21 análisis médicos para que el juez confirme que en ninguno de ellos hay rastros de consumo de drogas, con el objetivo de desmontar las acusaciones vertidas contra él. Álvaro Gijón también ha solicitado poder presentar sus análisis médicos con el mismo objetivo, cosa que el juez no ha permitido por ahora.
La conclusión de los expertos es que la ‘agenda’ no tiene ninguna verosimilitud de ser verdadera ya que no contiene datos que así lo hagan colegir a los peritos judiciales ya que, insisten, no hay en ella ni fechas, ni hay nombres completos y tampoco referencias numéricas a facturas u otros documentos contables.
También se destaca en ámbitos jurídicos otra circunstancia que, en su momento, deberá sustanciarse: ¿qué ha pactado con el juez y el fiscal la ‘testigo protegida número 31’ a cambio de sus declaraciones? Destacar que la acusación se fundamenta solamente en las declaraciones de una ‘madame’ que reconoce haber ejercido la prostitución y también participado en tráfico de drogas? De hecho, por ahora, los únicos delitos probados son los perpetrados por la testigo protegido 31, y ninguno más.