Para dictar esta sentencia, el magistrado ha diferenciado entre agresiones con lesiones graves y repetidas y aquellas que, como la ocurrida en la vivienda coruñesa, se produjo de manera puntual.
"No nos podemos olvidar de que abstenerse en intervenir ante comportamientos equivocados de un hijo, como puede ser el absentismo escolar, podría incluso llevar a una acusación por abandono de menor", argumenta el juez, quien acudió a la jurisprudencia para afirmar que la madre "acudió a una corrección física moderada y justificada".
Según el auto, el 24 de diciembre de 2015 la madre le pidió al menor que preparase el desayuno, algo que el niño ignoró. Tras varias peticiones, la madre perdió la paciencia y se acercó al chaval para que cambiase su actitud. Esto enfadó sobremanera al niño, que estampó su valioso teléfono contra el suelo.
La madre abofeteó entonces al menor, quien no dudó en sentara su madre en el banquillo, acusada de un delito de violencia doméstica y con una petición de condena de 35 días de trabajos para la comunidad y una prohibición de acercarse al menor a menos de 50 metros durante seis meses.