Cuando Heidi Johnson descubrió que su hijo había comenzado a mentirle decidió que haría algo al respecto. Aaron, de trece años de edad, había empezado a subir videos a YouTube y a generar dinero por ello. Cierto día, Heidi le preguntó si había hecho ya sus deberes, a lo que él contestó que sí sin pestañear. Pero cuando ella le dijo que sabía que era mentira, él respondió que tenía cosas mucho más importantes que hacer las tareas de la escuela.
Heidi no podía quedarse así y decidió tomar cartas en el asunto. Fue así que le escribió una carta a Aaron. Este es su contenido:
“Querido Aaron:
Como parece que has olvidado que tienes sólo 13 años, y que yo soy tu madre, y como te niegas a aceptar el control, creo que necesitas una lección sobre independencia. Como dices que ganas tu propio dinero, va a ser más fácil pagar por todas las cosas que yo he comprado para ti antes.
Si quieres usar tu propia lámpara, o utilizar Internet, tienes que pagar una parte de su coste de los siguientes servicios:
Alquiler: 430 dólares
Electricidad: 116 dólares
Internet: 21 dólares
Comida: 150 dólares
También tendrás que tirar la basura los lunes, miércoles y viernes, y pasar la aspiradora esos días. Tienes que limpiar tu cuarto de baño todas las semanas, hacer tu propia comida y limpiar cuando hayas terminado. Si no lo haces, te cobraré un extra por la limpieza que tenga que hacer por ti.
Si decides que prefieres ser mi hijo otra vez, en lugar de mi inquilino, podemos discutir los términos de nuevo.
Saludos,
Mamá”
Luego hizo una foto a la carta y subió la imagen a sus redes sociales. Todo ello ha desatado una oleada de reacciones encontradas. Miles de personas compartieron la publicación generando una marea que Heidi no esperaba. Fue tal que escribió al respecto:
“Mi hijo gana dinero a través de YouTube, y en principio la idea no era publicar la carta. Pensaba que sólo la familia y los amigos iban a verlo, y no entiendo cómo me han llegado 100 nuevas solicitudes de amistad en Facebook de repente. Pensé incluso que mi cuenta había sido secuestrada. Podría haber eliminado la publicación de la carta, pero ahora la han visto y compartido muchas personas”.
Las críticas fueron tanto positivas como negativas, por lo que tuvo que aclarar:
“No soy ninguna dictadora o maltratadora que intenta controlar a su hijo. Soy sólo una madre que tiene todo el derecho del mundo a poner reglas y a establecer consecuencias para sus actos”.
Si bien podría llegar a parecer drástico para algunas personas, la realidad es que la carta le funcionó muy bien y ahora Aaron y ella tienen un acuerdo con reglas y obligaciones que son respetadas.