El barrio palmesano de sa Casablanca, el más afectados por las intensas lluvias de los pasados meses de diciembre y enero sigue clamando ayuda. Hace cinco meses ya se dirigieron a todas las instituciones, Govern incluído. Muy buenas palabras y buenas voluntades, aunque la verdad es que a día de hoy siguen sin percibir la menor de las ayudas.

La llamada desesperada de algunos vecinos que temen una gota fría en cualquier momento no parece surtir efecto. Las previsiones metereológicas para el mes de septiembre no son alentadoras para ellos. La mínima gota de agua que cae en sa Casablanca ya les ocasiona todo tipo de perjuicios.

Se sienten ciudadanos de segunda pero a pesar de ello, no cesarán. Los vecinos de sa Casablanca están en pie de guerra y mantendrán sus reivindicaciones hasta que sean escuchadas.

alalla