"Los terroristas de Estado Islámico han cometido otro crimen histórico y han volado la mezquita Al Nuri y el minarete de Al Hadba", han anunciado el Ejército iraquí en un comunicado. El general Yahya Rasoul ha explicado a la cadena kurda Rudaw que los terroristas han actuado así al verse cercados -"a menos de 50 metros"- por las tropas gubernamentales.
Las fuerzas del Gobierno de Haider al Abadi, apoyadas por milicias locales y por la coalición internacional que lidera Estados Unidos, han logrado cercar al Estado Islámico en la Ciudad Vieja de Mosul, donde los yihadistas apenas controlan un puñado de barrios tras ocho meses de ofensiva.
Rasoul ha considerado que la destrucción del templo religioso es "un claro gesto de que el Estado Islámico ha perdido incluso su propia moral" y de que su derrota está cerca. "Pronto controlaremos la Ciudad Vieja de Mosul", ha afirmado. "No pararemos hasta conseguirlo", ha recalcado.
La agencia de noticias Amaq, vinculada a la organización terrorista, ha emitido un comunicado en el que achaca la destrucción de Al Nuri a un bombardeo de Estados Unidos, pero la coalición internacional ha respondido con otra nota en la que asegura que este "crimen contra el pueblo iraquí" es obra de los milicianos de negro.
"La responsabilidad de esta devastación recae solamente sobre Estado Islámico", ha dicho el general estadounidense, Joseph Martin, comandante de la coalición internacional, considerando que este hecho "es un ejemplo más de por qué esta brutal organización debe ser aniquilada".
Además, Martin ha aprovechado para aclarar que "la batalla para la liberación de Mosul todavía no ha concluido". "Seguimos centrados en apoyar a nuestros socios de las Fuerzas Armadas de Irak con este objetivo en mente", ha señalado el militar norteamericano.
La batalla por esta parte del oeste de Mosul se ha convertido en una de las que más bajas ha dejado durante la ofensiva para reconquistar la segunda ciudad más importante de Irak. Naciones Unidas calcula que unas 100.000 personas siguen atrapadas en la Ciudad Vieja, por lo que podrían ser utilizadas como escudos humanos.
La mezquita recibe el nombre de Nurudin al Zanki, un noble que luchó en las primeras cruzadas en el territorio que actualmente ocupan Turquía, Siria e Irak, y fue construida entre 1172 y 1173, poco antes de su muerte, para albergar una escuela coránica.
Cuando el conocido viajero medieval Ibn Battuta visitó la mezquita dos siglos después el minarete ya estaba construido. Nabeel Nouridin, arqueólogo especializado en la región de Nínive, afirma que no fue renovado hasta 1970, lo que lo hacía muy vulnerable a cualquier explosión.