De este modo, han podido determinar, que la colonia de la isla es estable y se encuentra en buen estado. Este año, están criando en sa Dragonera entre 70 y 80 parejas, en un núcleo denso, según informa la institución insular en un comunicado.
Cabe destacar que la gaviota roja suele cambiar su localización concreta dentro del parque algunos centenares de metros cada temporada, y a veces se desplaza de uno al otro extremo de la isla. Pero desde hace más de 20 años, la colonia es fiel a la isla.
La gaviota roja, especie endémica del Mediterráneo, cría en todas las orillas de este mar (desde Grecia hasta Marruecos), fue considerada durante años la gaviota más rara del mundo debido a su reducida población y en 1988 era catalogada como especie amenazada.
Las medidas de conservación de las que ha sido objeto, ha hecho que el peligro crítico en que se encontraba haya desaparecido y actualmente sea una especie en una situación de preocupación menor.
La gaviota roja nidifica en colonias a finales de la primavera y las crías inician su vuelo a principios de verano, cuando marchan hacia las costas del Senegal de donde no volverán hasta que tienen 4 años que vuelven a las Islas para criar.
Su dieta está basada únicamente en peces y organismos marinos. Es muy habitual que ejemplares de esta especie se dejen ver puestas a calas y playas donde se pueden reconocer claramente por su pico rojo oscuro y las piernas verdes.
Con todo, esta ave sufre, como la mayoría de especies de aves marinas, el impacto de la contaminación, y en especial de los plásticos y de los hilos de pesca perdidos.
En Baleares, nidifica en pequeñas colonias en diferentes lugares del litoral, pero tiene particular preferencia por los islotes, por la tranquilidad que les ofrecen.