Así lo ha explicado su abogado defensor, Santiago Fiol, quien ha asegurado que los dos representantes de la Fundación "no sabían nada" sobre la venta del Minerval y ha insistido en que "todo está al día" y "correcto" en cuanto a facturas y presentación de memorias ante el registro de fundaciones de la Comunidad.
Cabe recordar que la Policía apuntaba a que la venta de esta sustancia se habría podido camuflar en forma de donativos a la Fundación.
Según el abogado de los responsables de la Fundación, que también defiende al catedrático investigado Pablo Vicente Escribá, "no ha habido contraprestación económica" y tanto realizar donaciones como la cuantía de las mismas eran cuestiones voluntarias.
Además, Fiol ha indicado que los investigados "conocían el funcionamiento de la Fundación porque es su responsabilidad como miembros del patronato, pero nada más".
En este sentido, ha rechazado que el Minerval se administrara a través de la Fundación si bien ha admitido que "a veces intervino".
Por otro lado, Santiago Fiol ha dicho que "no lo ha consumido nadie que no esté en un ensayo clínico", que "se está llevando a cabo actualmente".
Así se ha expresado a su salida de los juzgados de Vía Alemania, donde hoy estaban citados a declarar dos responsables de la Fundación Marathon ante el juez de instrucción número 9, Enrique Morell.
Fiol ha abundado diciendo que "nadie ha consumido Minerval como medicamento", algo que "quedó muy claro ayer" con las declaraciones de los catedráticos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) Xavier Busquets y Pablo Vicente Escribá.
En este sentido, el letrado ha rechazado que existan ni una "trama" ni "víctimas" de una estafa.
Dos profesores de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Xavier Busquets y Pablo Vicente Escribá, y otras tres personas fueron detenidos y posteriormente puestos en libertad el mes pasado, acusados de presuntamente estafar más de 600.000 euros con la venta del Minerval como medicamento contra el cáncer.
Según datos de la Policía Nacional, hay más de una decena de denuncias de víctimas que compraron esta sustancia, abonando alguno de ellos cantidades que superaban los 25.000 euros.
La investigación sospecha que los arrestados se aprovechaban de su condición de profesores universitarios y de la situación de los enfermos y sus familiares para ofrecer la supuesta cura a la enfermedad a cambio de elevados importes, a través de una fundación sin ánimo de lucro con la que presuntamente camuflaban los pagos como donaciones.
La sustancia está registrada por una empresa spin-off de una universidad balear y carecía de autorización para su venta al público, tal y como ha acreditado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, no habiendo superado las fases necesarias para ser considerado medicamento.
Los investigadores apuntan también a que los implicados estaban intentando comercializar igualmente un medicamento contra el Alzheimer, el Dhalifort.
