Le Pen ha obtenido el 24,38 por ciento de los votos en la primera ronda electoral, según datos parciales Ministerio del Interior, recogidos por la agencia Reuters, con 20 millones de votos escrutados. Estas cifras, que no tienen en cuenta las grandes ciudades, deja segundo a Macron, con el 22,19 por ciento.
Por su parte, el candidato de Los Republicanos, François Fillon, aparece tercero, con un 19,63 por ciento de los sufragios, mientras que en cuarta posición figura el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, con un 18,09 por ciento.
La jornada de votación ha concluido sin incidentes a las 20.00 horas en grandes ciudades, una hora más tarde que en la mayoría de las localidades. Con el cierre de los colegios se ha dado luz verde también a la difusión de sondeos y resultados oficiales, así como a una cascada de reacciones.
La ley francesa establece un sistema de votación en dos vueltas, salvo que en una primera ronda alguno de los candidatos obtenga más del 50 por ciento de los votos. Las urnas volverán a abrirse el próximo 7 de mayo, ya para elegir de forma definitiva al sustituto de François Hollande en el Elíseo.
Los sondeos divulgados antes de estas elecciones situaban la opción Macron-Le Pen como la más probable de cara a dicha segunda vuelta. Si se cumplen los pronósticos, el exministro debería lograr una holgada victoria el 7 de mayo, para lo cual ya cuenta con el apoyo de sus hasta ahora rivales.
Tanto el conservador François Fillon como el socialista Benoît Hamon han pedido el voto a favor de Macron y en contra Le Pen. "No hay otra opción que votar en contra de la extrema derecha", ha dicho Fillon, mientras que Hamon ha llamado a frenar a una "enemiga de la República" a golpe de votos.
El pase a la segunda vuelta de Macron y Le Pen deja fuera de juego a las dos familias políticas que tradicionalmente se han repartido el poder en estos últimos años: Partido Socialista y Los Republicanos -antes Unión por un Movimiento Popular (UMP)-.
Una hipotética victoria de Le Pen preocupa tanto dentro como fuera de Francia, en la medida en que sería la primera dirigente ultraderechista jefa de Estado en la UE y, además, lo sería de uno de los seis países fundadores. Su mensaje populista y antieuropeo le ha permitido reeditar el éxito logrado por su padre en 2002.
La líder del Frente Nacional ha llamado a todos los "patriotas" a votar por ella en la segunda vuelta, una "oportunidad histórica" a la que se presenta como "candidata del pueblo" y confiada de poder derrotar al "heredero" de Hollande.
Macron, por su parte, llega a la segunda vuelta a una edad insólita (39 años) y sin haber ocupado nunca un cargo electo. Su mensaje centrista ha convencido a seguidores moderados de uno y otro lado del espectro político, pero tiene entre sus principales lastres formar parte de un movimiento sin representación parlamentaria.