El Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) ha informado de que los dos profesores y los otros tres investigadores detenidos fueron puestos en libertad por la Policía Nacional y que todavía no han declarado ante el juez, que próximamente les citará, aunque aún no hay fecha.
Cabe resaltar que los dos profesores siguen en activo y que uno de ellos tienen obligaciones docentes en la actualidad. Desde la UIB ya han explicado que se personarán como parte perjudicada por este caso y que están estudiando qué medidas tomar.
Según informó este martes la Policía, hasta el momento hay más de una decena de denuncias de víctimas que compraron esta sustancia, abonando alguno de ellos cantidades que superaban los 25.000 euros.
Desde el Cuerpo Nacional, explican que los investigados se valían de su condición de profesores universitarios en Palma para otorgar mayor credibilidad a su producto y utilizaban las instalaciones universitarias para avanzar en sus investigaciones y elaborar la sustancia.
Así, se aprovechaban de la situación de los enfermos y sus familiares y les ofrecían la supuesta cura a la enfermedad, abonando por dicha sustancia elevados importes a través de una fundación sin ánimo de lucro que habían creado. Según el relato policial, esta fundación enmascaraba la venta del producto como una donación voluntaria de los familiares para la investigación, camuflando así lo que realmente era, inciden, la compra de una sustancia sin efectos curativos.
Por su parte, el vicerrector de Investigación y Posgrado de la UIB, Jaume Carot, explicó ayer en rueda de prensa que desde la Universidad se había investigado el caso "en repetidas ocasiones" desde que empezaron los rumores en el año 2011 pero "sin llegar a encontrar nada" hasta que "en abril de 2016" se les presentó la primera denuncia por escrito.
Carot explicó también que la empresa, Lipopharma, nunca ha sido un 'spin-off' de la UIB ni está participada por ella. "No pertenece a la UIB, ni nunca ha pertenecido", remarcó.