Según ha informado el vicerrector de Investigación y Posgrado de la UIB, Jaume Carot, en rueda de prensa, desde la Universidad se había investigado "en repetidas ocasiones" estos hechos "sin llegar a encontrar nada" hasta que "en abril de 2016" se les presentó la primera denuncia por escrito contra este medicamento desarrollado por una empresa, que según ha aclarado, "no pertenece a la UIB, ni nunca había pertenecido".
Respecto a los dos profesores que comercializaban el fármaco --uno tiene obligaciones docentes este periodo y el otro, no--, el vicerrector ha explicado que "se está estudiando qué medidas se pueden tomar desde la Universidad" pero de momento, ambos siguen en activo.
Carot ha explicado que los rumores se remontan a 2011, "como mínimo" y que en julio de 2015 la jefa del Servicio de Oncología del Hospital Universitario de Son Espases se puso en contacto con el rector para mostrar su preocupación por la venta de un medicamento a pacientes de cáncer, pero, finalmente, quien iba a denunciar se retractó.
Así, ha hecho hincapié, no fue hasta 2016 cuando se recibió la carta firmada por responsables de dos institutos de investigación y que hasta entonces nadie había querido hacer una denuncia formal.
Tras esto, llevaron los hechos ante la Fiscalía, que realizó la investigación que ha desembocado en la detención por parte de la Policía Nacional de estos dos profesores y de tres personas más.
Además, Carot ha dicho que espera que la credibilidad investigadora de la UIB no salga dañada "por esta mala praxis y ha remarcado que "una cosa es el desarrollo de la molécula", cuyo nombre comercial es Minerval, y otra cosa, "el delito, que ha sido venderla".
Por su parte, el rector de la UIB, Llorenç Huguet, también presente en la rueda de prensa, ha destacado que la universidad se siente "perjudicada" y ha remarcado que "se tomarán las medidas que se tengan que tomar".