Según el relato del Instituto Armado, entre mediados de febrero y marzo de este año, se produjeron ocho atracos en estas localidades, cosa que desató una "gran alarma social y gran preocupación".
Tras esto, unidades de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, realizaron distintos controles que obligaron al presunto delincuente a abandonar su zona de confort en Sa Pobla, lugar donde era residente.
Durante este dispositivo de vigilancia, se logró identificar al autor de los robos. Se le imputan cinco atracos en la localidad de Sa Pobla y tres en la de Inca.
El detenido intimidaba a los dependientes de los comercios y les amenazaba con el chuchillo. Les exigía la entrega del dinero de la caja y, en algún caso, llegó a forcejear y golpear a alguna de las víctimas.
En dos ocasiones lanzzó el cuchillo contra los dependientes de los establecimientos con la intención de clavárselo, sin conseguirlo.
Cabe destacar que en uno de los establecimientos asaltados, en la localidad de Sa Pobla, se apoderó de varios miles de euros. Una semana más tarde asaltó de nuevo el mismo supermercado, pero en esta ocasión la dependienta se enfrentó al delincuente, el cual reaccionó de manera violenta y trató de clavarle el cuchillo antes de huir del lugar.