Fuentes militares citadas por la cadena han detallado que en total han sido lanzados al menos 50 misiles Tomahawk desde buques de guerra situados en el mar Mediterráneo contra la base de Ash Shairat.
Por el momento no hay informaciones sobre víctimas del ataque, si bien estas fuentes han indicado que el objetivo eran los aviones que se encontraban estacionados en la base, así como su pista de despegue.
El ataque parece ser la respuesta de Estados Unidos al supuesto ataque químico perpetrado el martes en la provincia de Idlib, que la práctica totalidad de la comunidad internacional ha achacado al Gobierno de Bashar al Assad y que se saldó con cerca de un centenar de muertos.
Es la primera vez que la Casa Blanca ordena una acción militar contra las fuerzas gubernamentales en Siria.
El jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que "algo debe pasar" tras el ataque en Jan Sheijun, después de que fuentes gubernamentales revelaran que el Gobierno sopesa una intervención militar.
"Creo que lo que ha hecho (Bashar) Al Assad es terrible", afirmó, en declaraciones a la prensa desde el Air Force One. "Lo que ha pasado en Siria es una desgracia para la Humanidad y él está ahí, está controlando las cosas, así que algo debe pasar", defendió.
Trump confesó el miércoles que este ataque químico había "cambiado" su actitud hacia el conflicto armado en la nación árabe, así como en relación al presidente sirio. El líder norteamericano deslizó la posible adopción de medidas, aunque evitó entrar en detalles: "Ya lo veréis".
Según fuentes citadas por CNN, Trump había reconocido ante algunos miembros del Congreso que estudia el lanzamiento de una operación militar en Siria en represalia por este ataque químico, si bien el jefe de Estado confía en la decisión que pueda adoptar su secretario de Defensa, James Mattis.
Además, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, abogó por una "respuesta apropiada" a la última "tragedia", que considera contraria a las normas internacionales y a las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, tampoco ha detallado posibles medidas.
Por su parte, el viceembajador ruso ante Naciones Unidas, Vladimir Safronkov, advirtió también el jueves de las "consecuencias negativas" de un posible ataque estadounidense en Siria en respuesta al presunto ataque químico.
"Tenemos que pensar en las consecuencias negativas (...) y toda la responsabilidad de una posible acción militar estarán sobre los hombres de los que inicien una acción dudosa y trágica", dijo, al ser preguntado sobre posibles ataques estadounidenses en respuesta al ataque.
"Mirad Irak, mirad Libia", agregó Safronkov, vinculando la situación de inestabilidad que atraviesan ambos países a las intervenciones militares llevadas a cabo en ambos, según ha informado la agencia británica de noticias Reuters.
El ministro de Exteriores sirio, Walid al Moalem, insistió el jueves en que el Gobierno sirio no llevó a cabo el supuesto ataque químico en Jan Sheijun, y denunció que los grupos terroristas presentes en el país han estado almacenando este tipo de armamento en zonas urbanas.
En una rueda de prensa en Damasco, Al Moalem explicó que el primer bombardeo aéreo que realizó el martes la aviación siria en Jan Sheijun fue sobre un depósito de armas del Frente Fatá al Sham, el antiguo Frente al Nusra, en el que había armas químicas.
"Hemos enviado más de un centenar de telegramas al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para informarles de las armas químicas que se llevan a Siria desde Irak y Turquía", manifestó.
Asimismo, reiteró que el Ejército sirio "no usó en el pasado, usa a ahora o usará en el futuro ningún arma química" ni contra la población civil "ni siquiera contra los terroristas que atacan a nuestra población con sus proyectiles de mortero y matan a civiles". "Nosotros condenamos el uso de tales armas", subrayó.
Las declaraciones del ministro sirio van en línea con las del Gobierno ruso, que ha afirmado que sus informaciones apuntan a que el bombardeo alcanzó un edificio utilizado por los rebeldes como fábrica y almacén de armas químicas.
Siria aceptó en septiembre de 2013 que se destruyera su arsenal químico al completo, en un acuerdo negociado entre Rusia y Estados Unidos. El proceso ha estado supervisado por la OPAQ.
Al Assad, aceptó el plan después de que Washington amenazara con utilizar la fuerza en respuesta al ataque con gas sarín que acabó con la vida de cientos de personas en agosto de ese año a las afueras de la capital, Damasco.