Los hechos ocurrieron el 19 de marzo, sobre las 9:00 horas, en un salón de juegos de Palma, cuando un cliente, tras estar más de dos horas jugando a una máquina tragaperras, aprovechó que no había más clientela en el local, se acercó a la dependienta y sacó de su mochila un cuchillo jamonero, con el que la amenazó para que le diera el dinero que hubiese en la caja. El atracador emprendió la huida con un botín de 560 euros.
Las investigaciones realizadas por el Grupo de Atracos y el Grupo de Juegos de la Brigada Provincial de Policía Judicial, lograron identificar al autor de los hechos, y lo detuvieron el 28 de marzo.
En el momento de su detención el atracador reconoció los hechos, alegando que se encontraba en un mal momento económico y que se estaba arrepentido.