Según el relato policial tampoco tenían derecho a vacaciones y recibían un sueldo de 1,50 euros por hora. Además, sufrían abusos verbales y psicológicos para tenerlos atemorizados.
El propietario, que es de nacionalidad rumana, captaba a sus futuros empleados de su misma nacionalidad, a través de Internet con falsas ofertas de trabajo. El detenido les ofrecía mejorar las condiciones de vida que tenían en su país y, si aceptaban, les pagaba el traslado hasta su finca, explican desde la Policía en un comunicado.
Esto, unido a su situación sociocultural y económica baja y al aislamiento social que sufrían, les empujaba a estar sometidos a la voluntad del ahora detenido.
Cabe destacar que el empresario llegó incluso denunciar falsamente a uno de sus trabajadores, acusándole de haberse apropiado de la recaudación obtenida ese día, para negarle la indemnización por un accidente laboral donde se amputó uno de los dedos de la mano.
El trabajador realizó una reclamación civil por las condiciones laborales, motivo por el cual el empresario fue condenado a indemnizar al trabajador.
Las investigaciones del grupo de Policía Judicial de Manacor y miembros del Grupo 1 de la UCRIF de Palma comprobaron la situación de extrema precariedad del agroturismo y de un puesto de venta ambulante de pollos asados que el mismo hombre establecía en mercados de Mallorca.
Al detenido se le imputa un delito de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y un delito contra los derechos de los trabajadores.