“Es cierto que hemos vivido un largo y pernicioso periodo de interinidad y bloqueo político, pero se han evitado males mayores y los últimos tiempos de pactos nos han permitido enmendar la desconfianza”, dijo en su última rueda de prensa del año desde el palacio presidencial de La Moncloa, en Madrid.
El mandatario, que revalidó a final de octubre su cargo al frente del Ejecutivo tras diez meses en situación de interinidad por el bloqueo instalado en el país, instó a los partidos españoles a seguir por esa senda, a “ceder” y a llegar a “entendimientos y acuerdos” para que la legislatura recién iniciada sea lo más fructífera posible.
“Mi voluntad es que la legislatura dure cuatro años. Y que además de larga sea fructífera. Este país puede demostar que se puede gobernar sin que nadie tenga mayoría absoluta”, aseguró, consciente de que no cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento español.
“Yo no quiero adelantar las elecciones. Lo mejor es la estabilidad y cumplir las reglas del juego. Y si nadie tiene mayoría, la obligación es llegar a entendimientos y acuerdos. Yo asumo esa obligación como propia”, añadió.
Rajoy destacó, principalmente, las reformas puestas en marcha por su Ejecutivo durante la pasada legislatura y su decisión de aprobar los presupuestos para 2016 antes de convocar las elecciones de diciembre de 2015, que dieron lugar a negociaciones infructuosas entre los grupos políticos que derivaron en una repetición de comicios.
“Uno de los elementos que más ha sorprendido, dentro y fuera de España, es el hecho de que la incertidumbre política no haya afectado a la recuperación económica (...) Los presupuestos de 2016 han sido un parapeto de seguridad que han protegido la recuperación económica y la creación de empleo”, señaló.
Rajoy reconoció que el déficit público sigue siendo un problema para España, pero confió en superarlo gracias a las medidas aprobadas en las últimas semanas con el apoyo del Partido Socialista (PSOE) y del liberal Ciudadanos en el Congreso de los Diputados.
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