Esta decisión, comunicada por el Govern al Ajuntament de Binissalem, ha provocado que el consistorio envíe una carta a Mobilitat, pidiendo que se mantenga la línea, por tratarse de un servicio público necesario, ya que afectará a los 4.000 usuarios que la utilizan cada año como medio de transporte habitual, según datos de la propia DG de Mobilitat.
La misiva del Ajuntament no ha recibido respuesta y la DG de Mobilitat se ha limitado a comunicar por escrito la supresión de las paradas de esta línea (L330) existente en Binissalem, tal y como anunció en la reunión de día dos.
En este sentido, desde el Ajuntament manifiestan que la red de autobuses públicos no se puede medir en términos de déficit y beneficio porque se trata de un elemento de cohesión social y territorial de la ciudadanía y solicitan que sea el Govern quien asuma el déficit de tarifa que tiene la línea para evitar la eliminación de un servicio tan importante en este municipio.