Según publica OKDIARIO citando fuentes de la investigación, el padre ha reconocido que ha “exagerado la historia” de su hija, que sufre Tricotiodistrofia. A través de diversas campañas solidarias, ha recaudado más de 150.000 euros que, afirma, iba a emplear en salvarla gracias a un caro tratamiento en Estados Unidos.
Lejos de eso, se ha sabido que acudió a curanderos, que jamás ha abandonado el espacio Schengen y que, investigado por estafa, incluso ha cumplido condena por apropiarse de 120.000 euros de la empresa en la que trabajaba. Blanco, residente en Organyá, Lérida, se comprometió a ofrecer este miércoles una comparecencia ante los medios para explicarse y pedir perdón, pero esa cita no ha sido convocada.
El juez que ha abierto las pesquisas sobre Blanco y que sí conoce el paradero de la madre, Margarita Garau, ha ordenado inmovilizar todas las cuentas de quien se ha aprovechado de una menor para llenar sus bolsillos y para nula sorpresa de sus vecinos, que llevaban tiempo advirtiendo de la costosa vivienda en la que vive la familia o el coche de alta gama color negro que guarda en su garaje.
El magistrado ha pedido asimismo que un médico forense examine a Nadia con el fin de saber hasta qué punto sus progenitores han mentido sobre su salud, en cualquier caso delicada, así como toda la información acerca de la dolencia que afecta a la pequeña.
Este domingo, en la cuenta de Facebook de la Asociación Nadia Nerea, creada para impulsar las donaciones, Blanco aseguró que devolvería hasta el último céntimo recogido. A esta hora, como informa este medio en exclusiva, ni siquiera se sabe dónde se encuentra.
