Esta situación se produce en Baleares y las inmobiliarias de Mallorca han visto aumentada la demanda de compras de inmuebles para dedicarlos al alquiler, sobre todo el alquiler vacacional.
El rendimiento bruto anual del alquiler se situaba en 2015 en el 4,6 %, el mismo índice que el año anterior y el más alto desde 2002, cuando la rentabilidad estaba en el 5 %. Este porcentaje llega al 8,8 % si se tiene en cuenta la plusvalía por revalorización a 12 meses, lo que convierte la compra de inmuebles para el alquiler en una inversión de bajo riesgo y alta rentabilidad. Tenga en cuenta, además de la ubicación, la superficie de la vivienda en la que va a invertir; lo ideal es que se sitúe entre 80 y 130 m2, ya que por debajo la demanda es menor y por encima la rentabilidad será más baja.
Si hablamos de locales comerciales la inversión es más jugosa, ya que la rentabilidad bruta de este tipo de inmuebles se sitúa entre el 4,5 y el 6 %. Las grandes ciudades –Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca- siguen siendo las que ofrecen un mayor beneficio. Pero si lo que busca es la mayor rentabilidad en activos inmobiliarios debe fijarse en el suelo industrial. La rentabilidad de estos inmuebles oscila entre el 7 y el 8,5 por ciento, llegando al 9 % en Zaragoza.
Cualquiera de estas opciones le saldrá más rentable que alternativas financieras como depósitos, que le reportarán un 0,4 %, los bonos de deuda pública, 1,44 % a diez años, o la Bolsa, aún peor con un - 24, 5%.
Con este situación de fondo los inversores ya sean profesionales o particulares han visto en la vivienda residencial un buen lugar para invertir sus ahorros, incluso a costa de hipotecarse, ya que pueden acceder a prestamos con interés fijo y relativamente bajo.
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