Incapaces de pactar ninguna iniciativa destinada a mejorar la vida de los ciudadanos de las Islas Baleares, lo único en lo que han estado ustedes de acuerdo en esta legislatura ha sido en taparse sus mutuas vergüenzas. Ni acabar con el abandono escolar, ni reducir las listas de espera en la sanidad pública, ni rebajar la galopante deuda de la comunidad, ni nada de nada de nada. Solo una cosa les une: salvaguardar y preservar sus egoístas intereses personales impidiendo que la transparencia desvele las auténticas razones por las cuales la entidad bancaria más potente y popular de nuestras Islas Baleares ha desaparecido.
Así es. Hablamos de la Caixa d’Estalvis de Balears Sa Nostra. Hablamos de la hecatombe financiera provocada por una pésima gestión de sus directivos y de un consejo de administración ocupado por políticos que se aprovecharon de los privilegios de sus cargos saqueando las cuentas de la entidad a costa de los legítimos intereses de los impositores y clientes. Y también hablamos de la vergüenza de tenerles a ustedes moviendo Roma con Santiago para que todo esto no se sepa.
Si ya es triste ver como los que te gobiernan te toman el pelo, más lo es que, además, te insulten. Porque es un verdadero insulto a la inteligencia que día sí y día también nos intenten hacer comulgar con la rueda de molino político que ustedes llaman transparencia y que no es más que una tremenda falacia destinada a entretener a espectadores idiotas. Y ya estamos cansados de que nos tomen por idiotas.
¿Transparencia? ¿Qué transparencia? Han tenido ustedes, señora Armengol y señor Vidal, la oportunidad de darle brillo a esta palabra, demostrarnos su utilidad, hacernos ver el alcance de su hipotético talante democrático, poner negro sobre blanco sus hasta ahora ignotas convicciones éticas y aprobar, por todo ello, la comisión de investigación parlamentaria sobre Sa Nostra que sí han apoyado los partidos Ciudadanos, MÉS y Podemos.
Pero no. No ha sido así. Y los tontos somos nosotros que en algún momento creímos que dos resabiados políticos como ustedes, con años y años de supervivencia en los cargos públicos, cobrando durante décadas opíparos sueldos en ayuntamientos y parlamentos, dejarían de lado sus intereses personales para dar paso al verdadero objetivo de su carrera política: servir a la ciudadanía. Sí: servir a la ciudadanía, aunque ustedes esto lo hayan olvidado hace ya tiempo.
¡Servir a la ciudadanía Francina Armengol y Miquel Vidal! ¡Vaya chiste!
Lo que verdaderamente está pasando es que ustedes dos, aunque no se hayan dado aún cuenta, están fuera de la realidad. Ustedes dos y sus respectivos compañeros que les aplauden sus ocurrencias y callan ante sus despropósitos. No han entendido nada de nada. La ciudadanía está harta de políticos como ustedes. Ustedes tienen sus días contados. Van a acabar en los márgenes de la historia, repudiados por la sociedad, estigmatizados con escarnio y desprecio con descalificadores insultos sobre su gestión y barridos de la vida pública. No lo saben o no lo quieren ver, pero será así. No lo duden. Por eso su partido, señora Armengol, cuenta las elecciones por derrotas y recula en el voto popular cada vez que hay una cita con las urnas. Por eso, señor Vidal, en el PP esperan como agua de mayo el congreso regional para darle definitivamente una patada en el culo y sacarlo de la sede regional de la palmesana calle Palau Reial.
Un capítulo sobre la comisión de investigación de Sa Nostra ha sido cerrado. Con un borrón, eso sí, pero solo se trata de un capítulo. La ciudadanía no olvida y persiste. La ciudadanía quiere saber qué ha pasado con y en Sa Nostra. La ciudadanía es paciente y sabia. Y la ciudadanía no cejará en su empeño. Será hoy o mañana, pero será. Y antes o después habrá una comisión parlamentaria que descubrirá las razones por las cuales la Caixa de Balears Sa Nostra ahora es solo un recuerdo. Eso será así y ustedes lo verán. Eso será así y ustedes deberán avergonzarse de su estulticia y su egoísmo al imponer sus mezquinos intereses personales a la legítima y democrática petición de transparencia sobre Sa Nostra.
El tiempo, señora Armengol y señor Vidal, les quitará la razón y la voluntad de los ciudadanos les enviará al vertedero de la basura cívica. Así será, no lo duden.
