Así ha informado este domingo la Dirección General de Salud Pública y Participación partiendo de datos del servicio de epidemiología.
La histamina no altera el gusto ni el olor del pescado y, además, no se destruye al cocinarse; por ello la Conselleria recomienda tener especial cuidado en su conservación. Según ha explicado, ésta es la segunda causa más frecuente de intoxicación después de la salmonela.
Desde el Servicio de Seguridad Alimentaria han recordado que la histamina es una sustancia que genera el cuerpo de forma natural y está presente en las reacciones inflamatorias. Pero en los pescados que no se conservan adecuadamente también puede generarse en altas cantidades provocando a quienes los consumen síntomas gastrointestinales, como diarrea, vómito y dolor abdominal.
También puede causar fuertes reacciones alérgicas, como eritema e hinchazón de la cara, prurito intenso generalizado e incluso anafilaxia.
En los casos más extremos por alta contaminación, puede causar taquicardia o angioedema, requiriendo tratamiento hospitalario.
Asimismo, se produce en los pescados que no han sido conservados adecuadamente incluso antes de que pierdan sus características de frescor. De esta manera, quien consume el pescado con histamina no se da cuenta del peligro.
Para evitar su presencia, el pescado tiene que conservarse de forma adecuada, ya que su mantenimiento a una temperatura excesiva durante demasiado tiempo provoca la formación de esta sustancia en su musculatura. Unas malas condiciones higiénicas aceleran dicho proceso.
Por otro lado, existen determinadas especies de pescados que forman histamina con más facilidad cuando no se conservan adecuadamente. Dentro de este grupo se incluyen el bonito, el atún, la caballa, la sardina, el boquerón y la lampuga.
Entre enero y octubre de 2016 se han detectado tres brotes, mientras que en todo 2015 se registró uno y en 2014, tres. En total, el periodo 2001-2013 fueron veinte los brotes de histamina registrados.
La Conselleria de Salud recomienda adquirir el pescado "cuanto más fresco mejor", mantenerlo en buenas condiciones de higiene, conservarlo a temperaturas cercanas a los 0 °C y consumirlo lo antes posible.
Durante la pesca recreativa se tienen que ir depositando las piezas capturadas en una nevera con agua limpia y hielo. En ningún caso se debe mantener el pescado expuesto al sol y a temperatura ambiente durante mucho tiempo.
Las conservas de pescado también pueden producir histamina: de hecho en Baleares, la mayoría de brotes causados por histamina están provocados por una deficiente manipulación y uso de conservas de pescado.
Así pues, una vez abierto el envase, el contenido tiene que manipularse de forma higiénica, evitando exponerlo a temperaturas altas. Lo que no se coma enseguida tiene que mantenerse cubierto y en refrigeración, y consumirse pronto.