Hace unas semanas la secretaria de Análisis Político de Podemos —mucho cargo para tan poca chicha— Carolina Bescansa, sí la que tiene un niño o una niña o lo que decida ser de mayor, que pasea por el Congreso de los diputados, dijo que «si solo votaran los menores de 45 años, Iglesias ya sería presidente». Carolina se quedó tan ancha hasta el punto de que su apellido podría cambiarse por el de Descansa después de semejante desgaste neuronal. En pocas palabras vino a decir que los cuarentones somos gilipollas y que no sabemos votar. Ella debe ser la excepción que confirma la regla ya que es de mi quinta —la de 1971—, por lo que, al igual que yo y muchos de ustedes, también está en el club de los gilipollas. Carolina Descansa mete en el mismo saco a todos los españoles que aún intentan trabajar y sacar adelante a sus familias y que —según datos del Instituto Nacional de Estadística —más de 12 millones de sufridos ciudadanos— somos gilipollas perdidos. No sé qué opinará de los jubilados y demás pensionistas, ignoro qué delirio eugenésico puede salir de su insondable e inabarcable intelecto.
También hay quien dice que determinado canal de televisión no tiene audiencia porque los cuarentones somos una especie de simios que no entienden el mando a distancia y que por lo tanto no saben qué ven, que no tienen ni idea de nada y que no pueden entender los programas cultos, si entendemos por culto a un tipo leyendo su poesía en voz alta en un gesto de onanismo cultureta de lo más plasta, insignificante y pedante o pedorro, que viene a ser lo mismo.
Ahora me explico todas las cosas malas que nos pasan… Claro, como los mayores de 45 años somos gilipollas es normal que nadie nos quiera. Es por eso que, según la última Encuesta de Población Activa, los de más de 45 somos el 48 por ciento de los parados de larga duración, o que solo el 4 por ciento de la oferta de empleo es para personas de nuestra edad. Qué morro tenemos, además de no votar lo que toca y de ver telebasura encima queremos trabajar. También entiendo que los podemitas quieran que los chavales de 16 años vayan a las urnas. Creen que son su caladero de votos… Mira que si se equivocan y los chavalines hacen presidente a algún chulopiscinas de Mujeres y Hombres y Viceversa… Cuidado con el inminente alumbramiento del PCC, el Partido Cani Choni.
Supongo que algún jovenzuelo votante de Podemos que haya llegado hasta aquí pensará por lo bajini: «el de la Fuente este es gilipollas» Claro, ya se lo he dicho, tengo 45 años. A Pablo Iglesias todavía le quedan siete años de salud mental. Iñigo Errejón tiene aún por delante quince años de plenitud intelectual. A Juan Carlos Monedero lo enviaron al Gulag porque, como tiene 53, es gilipollas desde hace ocho años. Al pobre Pablo Echenique lo chuzan a vinazos y le ríen las gracias, pero solo le quedan siete años como a Iglesias. Y usted, querido revolucionario quinceañero al que le deseo larga vida, también será gilipollas en el futuro. Sepa, además, que gracias a imbéciles como su papá y su mamá usted pisa el mundo y que somos nosotros los desgraciados que pagamos las pensiones que nunca cobraremos.
La Descansa es una estadista… Ustedes no alcanzan a entenderla. Debemos admitir que los que están en la perenne edad del pavo nos van a salvar. Yo fui joven y gilipollas como todo el mundo y ahora veo que lo seré hasta la tumba.
Querido lector, puede consolarle aquello de «mal de muchos…». Cada vez somos más los colectivos de gilipollas: los mayores de 45 años; los funcionarios vagos; los ninis veinteañeros; los andaluces que votan al PSOE; los gallegos que votan al PP; los fascistas que van a los toros; los salvajes que comen carne; los perros opresores de la Policía Nacional y la Guardia Civil…
Carolina, descansa, no se te vaya a ocurrir un plan de higiene racial.