Si las cuentas de su hogar y de su farmacia se asemejan, aunque sea tímidamente, a las que acaba de presentarnos como los presupuestos de la Comunitat Autònoma para el año 2017, está usted absolutamente en fallida económica, ha caído en barrena financiera y está abocada a la más absoluta quiebra personal, familiar y empresarial.
Si gestiona usted su farmacia como lo hace con Baleares, está a punto de ser desahuciada del local, el banco le habrá congelado ya todas las cuentas, sus empleados no deben cobrar hace años y los proveedores de las medicinas hace meses que no se las sirven.
Si administra su casa como lo hace con nuestra comunidad, no debe llegar nunca a final de mes, la nevera estará llena de telarañas, le habrán ya cortado la luz, el gas y el agua, y debe estar alimentándose gracias a la solidaridad de su familia.
El anteproyecto de los presupuestos autonómicos de Baleares que usted y su Govern han aprobado es un cúmulo de despropósitos financieros. Y el primero de ellos tiene que ver con la deuda pública.
Baleares debe hacer frente sí o sí a cerca de 9.000 millones de euros de deuda pública. Recordemos que el presupuesto autonómico previsto para 2017 es de 4.700 millones. Es decir, debemos el doble de lo que vamos a gastar en todo un año. Para saldar estos números rojos tendríamos que, por ejemplo, despedir a todos los funcionarios y también cerrar todos los hospitales y las escuelas durante dos años. Pero eso a usted le trae al pairo. No solo no va a pagar, sino que además va a aumentar esa deuda en, como mínimo, otros 150 millones más.
Ni se ha planteado usted aprovechar el momento de bonanza económica para destinar parte de los fondos autonómicos en rebajar ese diabólico desequilibrio financiero. Estrategia esta, la de eliminar deuda para afrontar el futuro con las cuentas saneadas, que se estudia en primero de carrera y que llevan adelante las familias y las empresas sin tener que acudir a la universidad. Cae por su propio peso para un buen gestor y en toda familia con dos dedos de frente que hay que aprovechar los ingresos extraordinarios para enjuagar las deudas. Eso es lo que hace todo el mundo que gestiona sus propios dineros. Pero, claro, a usted eso no le importa ya que los presupuestos los hace con nuestros dineros, con los de los ciudadanos y no con los suyos propios. ¡Qué fácil es malgastar los euros de los otros!
Por si no fuera triste ver como usted nos enloda aún más en el agujero negro de la deuda, deuda que seguiremos pagando todos los ciudadanos cuando usted ya no sea presidenta, también debemos recordarle, por si nadie se lo ha dicho, que 2 de cada 10 euros de los presupuestos ya están destinados a soportar esa misma losa. ¡El 20%! Gastamos el mismo dinero en pagar deudas que en educación y enseñanza, ¡y aún vamos a aumentar más los números rojos!
Otro ejemplo de su desenfreno derrochador es que ha decidido aumentar estos presupuestos del 2017 en un 10%, cuando el crecimiento económico que usted misma marca es del 3,7% del Producto Interior Bruto. Es decir, para que nos entiendan todos: nos está diciendo, señora Armengol, que la economía va a ir bien y crecerá en un 3,7%, pero usted se pone el gorro de estupenda y aumentará el gasto en un 10%. Esperamos que los presidentes de las patronales baleares, entre ellos los de las pequeñas y medianas empresas, le expliquen que con esa manera de actuar ellos ya estarían todos quebrados.
Y como estrambote final, mantenemos la presión fiscal a empresas y ciudadanos. Frente a la evidencia de que la economía va bien y que las previsiones son positivas, la reacción de usted, señora Armengol, y de su Govern no es aflojar la soga fiscal que estrangula a empresas y ciudadanos, para permitirles reinvertir y contratar a las primeras y consumir a los segundos. No, de eso nada de nada. Mantiene usted la presión fiscal para, a su vez, seguir regando la amistad y el aplauso facilón de los sindicatos de funcionarios, con lo que consolidamos y agrandamos la gran diferencia que disfrutan los asalariados del Govern, los consells y los ayuntamientos frente al resto de los ciudadanos. ¡Y luego habla usted de privilegios!
Señora Armengol. Sus presupuestos para el año 2017 son los de una persona manirrota que gasta sin tener presente el verdadero dinero que tiene. Aumentará usted en un 10% el gasto corriente y en un 7% el de personal. Ninguno de los dos, ni de lejos, es inversión que repercuta en forma de contratos en las empresas privadas, ni estamos hablando de los pilares del bienestar: educación, sanidad y servicios sociales. Sus presupuestos derrochan dinero en agradar a los suyos sin considerar las verdaderas necesidades de la sociedad. Dilapidan, disipan, malgastan, despilfarran y desperdician los ingresos que a través de los impuestos cobrará usted a los que han trabajado duramente todo el año y, además, aumentará el déficit y no enjuagará la deuda. Como le decíamos, usted pasará, pero la deuda quedará.
Si las cuentas públicas de Baleares fueran un jardín, señora Armengol, seguro que un buen profesional le diría quedamente al oído: Francina, deja de regar las malas hierbas del déficit y arranca los hierbajos de la deuda. Su jardinero de confianza le asesoraría con aprecio y le recomendaría dejar de abonar los números rojos. Hágalo, escúchele. De no hacerlo, su jardín (Baleares) dejará de ser un lugar paradisíaco y los rastrojos de los impuestos acabarán ahogando el progreso económico.