El estudio, de Joel Guiot, de la Universidad de Aix-Marsella, y Wolfgang Cramer, del Instituto Mediterráneo para la Biodiversidad y Ecología (IMBE), es un modelo de lo que ocurrirá con la vegetación mediterránea según el nivel de emisiones de carbono.
Este trabajo, publicado en la revista Science, ha utilizado datos históricos y modelos informáticos para predecir el posible impacto del cambio climático en la región mediterránea, basado en los objetivos para limitar el calentamiento global que 195 países acordaron el año pasado.
En este modelo, los investigadores se han puesto tanto en el peor de los escenarios, evaluando situaciones con niveles de emisiones muy altos, pero también han considerado qué pasaría si se mantienen los cambios de temperatura dentro del objetivo del acuerdo de París sobre el cambio climático, que establece un máximo de 2ºC respecto a los niveles preindustriales.
En el peor caso, para el año 2100 las temperaturas ascenderían cerca de 5ºC globalmente, lo que provocaría que los desiertos se expandieran hacia el norte a través de España y Sicilia, han advertido los investigadores.
Sin embargo, incluso si las emisiones se mantienen dentro del nivel objetivo del acuerdo de París, el sur de Europa experimentaría igualmente una "sustancial" expansión de los desiertos, en una situación sin precedentes en los últimos 10.000 años.
Por ello, los investigadores consideran que para preservar la vegetación dentro de los niveles actuales es necesario un objetivo de 1,5ºC en lugar del de 2ºC del acuerdo de París.
Los autores han llegado a estas conclusiones examinando los cambios en el entorno del Mediterráneo experimentados durante los últimos 10.000 años, utilizando los registros de polen para medir el efecto que las temperaturas tuvieron sobre la vida vegetal.